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viernes 29, marzo 2024

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Más de 200 familias de Las Tejerías recomenzaron en Mario Briceño Irragory

|| Rodolfo Gamarra

Cientos de familias fueron reubicadas en complejos habitacionales, en meses posteriores a la tragedia del 8 de octubre de 2022

El 8 de octubre de 2022, una vaguada causó una inundación que arrasó con varios  sectores de Las Tejerías, en el estado Aragua.

Más de 50 personas perdieron la vida, otras se quedaron sin sus casas, pertenencias y medios para obtener ingresos.

Un total de 216 familias fueron reubicadas en apartamentos de la Misión Vivienda en el municipio Mario Briceño Iragorry (MBI), donde han tenido que adaptarse a un cambio radical de vida.

En el marco de la conmemoración del trágico suceso, hablaron para El Periodiquito, Danexy Fuentes, Isabel Hernández y Yemen Rojas, sobrevivientes de una tragedia que marcó a Venezuela.

Danexy Fuentes era comerciante y tenía un carrito de comida rápida cerca de su vivienda en el sector Castor Nieves Ríos, en la entrada de El Beisbol.

“Todo eso se lo llevó la corriente”. Ahora vive en MBI, junto a sus dos hijas y una nieta.

Dijo que se le ha hecho difícil adaptarse a la vida en un apartamento.

Aseguró que una de las promesas de las autoridades fue la garantía de trabajo, no obstante, luego de recibir los apartamentos, sienten que quedaron “a la deriva”.

Su hija mayor se acaba de graduar de licenciada en fisioterapia, pero le ha costado conseguir empleo.

“Extraño mi antigua casa y mi pueblo, espero que pronto nos podamos adaptar por completo a esta nueva vida”, enfatizó Fuentes.

VOLVER A EMPEZAR

Isabel Hernández era cocinera en un restaurante en el sector Libertador, ahora reside sola en un apartamento.

Dijo que se le hizo difícil volver a laborar en Las Tejerías, por los gastos que implica viajar en transporte público.

Trabajó en los comedores que se instalaron después de la tragedia, pero luego se mudó al municipio Mario Briceño Iragorry.

Desde entonces, no ha conseguido un trabajo estable y vive de los bonos que otorga el gobierno a través del sistema Patria, así como de algunos “tigritos” que obtiene limpiando casas.

Su hija, de profesión abogada, también se tuvo que regresar a Las Tejerías porque consiguió empleo en Protección Civil.

Ella vive con su suegro y su hija pequeña.

“Reconocemos que recibimos un beneficio del gobierno al darnos una vivienda digna con los servicios básicos y la infraestructura. Sin embargo, pedimos más atención social y humanitaria para las personas que vivimos en el urbanismo”.

Aspira que las autoridades se aboquen en el tema del empleo y la salud, ya que la mayoría de los provenientes de Las Tejerías, son personas de la tercera edad y se les hace difícil conseguir trabajo.

Su sugerencia a las autoridades es que brinden ayuda para incentivar el empleo, mejoren el sistema de salud y la asistencia en alimentación. Así, espera que pueda vivir una vida digna junto a sus vecinos.

LA ADAPTACIÓN

Yemen Rojas se encargaba de la seguridad de la alcaldía de Las Tejerías y residía en el barrio Libertador, uno de los primeros que se inundó por el caudal de la quebrada Los Patos. Ahora vive en el complejo de apartamentos con su esposa y sus dos hijos.

Contó que ha tenido que adaptarse a un cambio radical de vida.

Fue trasladado a la Unidad de Control y Bienestar de la UCV en Maracay, pero no todos los que llegaron con él han tenido la misma suerte.

“Muchos aún no han conseguido empleo ni las herramientas para insertarse en el mercado laboral”.

Aseguró que en los municipios MBI y Girardot, la mayor demanda de empleos está dirigida a los profesionales, por lo que a los que no tienen título universitario, les cuesta más conseguir un trabajo.

Resaltó que el CDI que funciona dentro del urbanismo sólo trabaja hasta el mediodía y que hay muchas personas de la tercera edad que requieren atención médica.

También afirmó que están desprovistos de la ayuda alimentaria y que la instalación del sistema de gas directo no ha sido culminada.

“Aquí todos trabajamos en equipo, somos una gran familia, pero hace falta que llegue un poquito más de apoyo a la comunidad”, expresó.

Muchos han tenido que adaptarse a estos espacios y buscar nuevas oportunidades de empleo
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