La expulsión se logró en el tercer intento del Congreso estadounidense, con 311 votos a favor y solo 114 en contra. Incluso parte de sus colegas republicanos se unieron a los demócratas para conseguir la expulsión de Santos.
Santos al ver que los votos asomaban su expulsión, comenzó a estrechar manos y despedirse de los aliados que le quedaron. Al momento del resultado, el legislador ya no estaba en el recinto para escucharlos.
El motivo alegado para votar por la salida de Santos del Congreso, fue supuestamente haber construido su carrera política a base de mentiras y delitos. Sin embargo, Santos se ha visto involucrado en escándalos de ética, debido a que la prensa y miembros del Congreso han descubierto una historia de vida muy distante a la contada por el propio legislador.
Se filtraron fotografías de él vestido de mujer en marchas alusivas al gay pride en Brasil en el año 2005, a pesar de afirmar que “nunca había sido drag queen” y solo se vestía de mujer porque “era joven y me divertía en un festival”.
Otra de las acusaciones que reposan sobre el legislador es la de malversación de fondos de campaña y uso indebido de dinero, los cuales según medios estadounidenses usó en beneficio personal para ropa, perfumes y botox.
Aunque a Santos no lo han condenado, lo están imputando por 13 cargos de fraude, lavado de activos y robo de fondos públicos, tras cobrar 24 mi dólares del fondo de desempleo de manera ilegal, entre otros.
Esta es la sexta expulsión de un legislador en los 230 años de historia en la Cámara de Representantes de EEUU. Quedando el distrito de Long Island, Nueva York, sin representación hasta que se convoquen elecciones.
Con información de El Diario 2001