Las potencias mundiales siguen mostrando su fehaciente respaldo al “legítimo derecho a la defensa de Israel”. Paralelamente, al menos 5.791 palestinos han perdido la vida en Gaza por los bombardeos– entre ellos más de 2.000 niños– desde que el Ejército inició su respuesta al sangriento ataque de Hamás en suelo israelí, el pasado 7 de octubre, que dejó alrededor de 1.400 víctimas mortales.
Para los gazatíes, la situación se agrava después de 18 días con escasez de agua, alimentos, medicinas y energía eléctrica. En el enclave palestino, ningún lugar es seguro para resguardarse de los incesantes ataques aéreos, en los que decenas más murieron en las últimas horas, en medio de un sonoro aumento de los bombardeos.