|| Mariángel Oyarvez
El ejemplo nutricional en casa: pilar fundamental para una alimentación infantil óptima

Vanessa Saavedra, gastroenterólogo infantil del estado Aragua, explicó que la influencia de los padres en los hábitos alimenticios de sus hijos es innegable.
«Lo mejor que pueden hacer los padres para que sus niños se alimenten de manera saludable es dar el ejemplo desde lo que comen hasta en la forma en la que lo hacen”, explicó Saavedra
Especificó que aspectos que afectan la salud gastrointestinal de los más pequeños de la casa van desde la postura, el lugar en el que se come, el uso de pantallas durante las comidas y la forma de masticar, hasta la elección de los grupos de alimentos que conforman los platos que se ofrecen.
“Sin duda alguna cuando los padres se alimentan de forma saludable los hijos también lo hacen”, afirmó la doctora.
Resaltó que este comportamiento ejemplar sienta las bases para que los niños adopten patrones de alimentación beneficiosos a largo plazo. “Las buenas costumbres también empiezan por el esfuerzo de cuidar lo que se compra”.
Saavedra subrayó que es responsabilidad de los cuidadores limitar el acceso a productos poco saludables y promover una alimentación equilibrada desde la selección de los alimentos que entran al hogar.
«Si el adulto no compra dulces los niños no los consumen de forma rutinaria», explicó Saavedra.
Explicó que las necesidades nutricionales varían según la etapa de la vida, pero existen recomendaciones generales importantes como las de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomendó que la dieta esté compuesta por: entre 50% y 55% de carbohidratos, entre 30% y 35% de lípidos o grasas y de 12% a 15% de proteínas en general.
De acuerdo con la gastroenteróloga, en las etapas de la niñez y juventud, la distribución recomendable se sitúa en 50%-60% de hidratos de carbono principalmente complejos con menos de 10% de refinados, 30%-35% de grasa, 10%-15% de proteínas de alta calidad.
Es fundamental considerar que estas necesidades se ajustan según la edad, sexo, actividad física, estado fisiológico y posibles comorbilidades.

EL CUERPO HABLA
Para Saavedra, una rutina de alimentación diaria deficiente impacta negativamente en diversos aspectos de la vida.
Enfatizó que las complicaciones gastrointestinales atendidas como «trastornos de la conducta alimentaria, transgresión alimentaria, estreñimiento, diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardiovasculares, desnutrición, entre otras, son ejemplos de las consecuencias de un cuidado deficiente de la alimentación desde los primeros años de vida».
“Las deficiencias nutricionales debilitan el sistema inmunológico y aumentan nuestra susceptibilidad a enfermarnos”, explicó Saavedra.
Reiteró que la conexión entre la alimentación y la salud mental también es significativa. “Una dieta inadecuada puede contribuir a problemas como la ansiedad y la depresión”.
Además, recordó que una mala alimentación afecta los niveles de energía y la concentración, lo que impacta la productividad. “La comida es a menudo un aspecto central de las interacciones sociales”.

TRES PREGUNTAS BÁSICAS
El gastroenterólogo infantil recomendó revisar el etiquetado de los productos y preguntarse:
- ¿Es esto un alimento natural?
- ¿Es nutritivo?
- ¿Tiene una cantidad adecuada de sal o azúcar?
NORMALIZAR LO SANO
Refirió que aprender a comer y ser conscientes de la calidad de los alimentos que se consumen debería ser lo normal. Insistió en que la salud nutricional infantil comienza incluso antes del nacimiento, con el estado nutricional de los progenitores, “continuando durante el embarazo y consolidándose con la alimentación del bebé”. Dijo que el acompañamiento pediátrico es, por lo tanto, fundamental en este proceso. «Tu cuerpo es tu templo, aliméntalo bien, ejercítalo y cuídalo con amor». |
Los niños NO necesitan azúcar refinada, ni dulce empaquetados, en especial si son menores de dos años.
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