|Rodolfo Gamarra
En la región, un promedio de 40% a 45% del costo de un boleto aéreo corresponde a impuestos
El sector de la aviación y el turismo en Venezuela registra una recuperación gradual en la demanda de pasajes aéreos y la proyección de nuevas rutas internacionales, a pesar de las dificultades persistentes en materia de conectividad y costos operativos, según representantes del área.
Marisela de Loaiza, presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas Venezolanas y del Consejo Superior de Turismo, explicó que actualmente en el país realizan 100 vuelos semanales internacionales, “lo que muestra una leve recuperación frente a los 96-98 registrados a principios de agosto de 2024. Refirió que, aunque hubo un aumento el pasado diciembre, “la cifra se ha estabilizado en 100”.
Detalló que destinos clave como Roma, aún no tienen conexiones directas desde Caracas, lo que obliga a los viajeros a hacer escalas, en Madrid (con unos 20 vuelos semanales) o Estambul, desde donde pueden conectar con Italia, incluso mediante aerolíneas low cost.
“La demanda elevada, como durante eventos católicos en Roma, puede disparar los precios, lo que deja disponibles solo tarifas altas”, según apuntó Marisela de Loaiza.
Colombia destaca con 23 vuelos semanales desde Venezuela: 18 a Bogotá y cinco a Medellín. Muchos viajeros fronterizos cruzan a Colombia para volar desde Cúcuta, para conectar así con destinos internacionales a través de Panamá. Esta estrategia es reflejo de las limitaciones de conectividad directa desde Venezuela.
Loaiza enfatizó como “punto crítico” en la conectividad aérea venezolana, la situación del aeropuerto de Maracaibo, «La Chinita», donde actualmente, no hay vuelos internacionales que operen desde esta terminal.
“Esto representa una queja permanente en la región. Anteriormente, Maracaibo contaba con un vuelo de Copa hacia Panamá que conectaba con el resto del mundo”.
Detalló en contraste, Valencia, por ejemplo, sí tiene vuelos internacionales o regionales, que incluyen rutas a Manaos (Brasil), Colombia y (Cúcuta).
Nueva Esparta (Porlamar), opera vuelos internacionales a Rusia y Polonia. “También hubo proyecciones y algunas operaciones hacia Trinidad (Puerto España) y Colombia desde Porlamar. No obstante, la ruta a Puerto España opera con baja frecuencia, solo una vez a la semana, lo que dificulta su comercialización”.
LA CARGA IMPOSITIVA
Uno de los grandes desafíos para el sector aéreo, y en particular para la potencial operación de aerolíneas de bajo costo, reside en la “elevada carga impositiva”. Marisela de Loaiza destacó que este no es un problema exclusivo de Venezuela, sino una realidad en toda Latinoamérica. “En la región, un promedio de 40% a 45% del costo de un boleto aéreo corresponde a impuestos”. Esta alta tributación limita de forma considerable el modelo operativo de las aerolíneas de bajo costo. Resaltó que este tipo de compañías a menudo vuela a destinos que ofrecen subvenciones o a aeropuertos alternos con costos operativos menores, algo común en Europa, pero que no abunda en América. “La carga fiscal directa sobre el precio del boleto actúa como un desincentivo significativo para la expansión de modelos de bajo costo en la región, enfatizó Loaiza”. |