Este 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Higiene de Manos, una fecha clave para recordar la importancia de esta práctica en la prevención de infecciones, especialmente, dentro de los sistemas de salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta efeméride llama a tomar conciencia de la necesidad de que los países consideren rápidamente la implementación del plan de acción mundial y el marco de monitoreo para la prevención y el control de infecciones (PCI).
La jornada tiene como objetivo remarcar la relevancia de la higiene de manos en el cuidado de la salud y unir a las personas en apoyo a la mejora de esta práctica en todo el mundo. A nivel global, existen dos fechas dedicadas a promover esta práctica: el 5 de mayo y el 15 de octubre.
Una problemática global
Cada año, millones de pacientes y trabajadores de la salud se ven afectados por infecciones asociadas a la atención sanitaria, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y muchas de estas infecciones son prevenibles. “Estas infecciones pueden desencadenar brotes, especialmente si están causadas por organismos resistentes a los antimicrobianos. Implementar programas sólidos de prevención y control de infecciones (PCI) mejora la calidad y seguridad de la atención, reduce complicaciones como la sepsis, acorta estancias hospitalarias y disminuye la carga de trabajo del personal de salud”, ha divulgado la entidad sanitaria.
Para poner en contexto, de acuerdo a la OMS, un hospital universitario promedio genera 1634 toneladas de residuos sanitarios al año, cifra que aumenta entre un 2% y un 3% anual, especialmente desde la pandemia por el COVID-19. Los países más ricos son los que generan una mayor cantidad de residuos, lo que resalta la necesidad urgente de revisar las prácticas relacionadas con el uso de guantes y la gestión de desechos en los hospitales.
La OMS también ha señalado los momentos clave en los que es esencial lavar las manos. De acuerdo con las directrices de la organización, el lavado de manos debe realizarse “antes de tocar al paciente; antes de realizar una tarea limpia o aséptica; después del riesgo de exposición a líquidos corporales; después de tocar al paciente; y después del contacto con el entorno del paciente”.
Con información de Infobae