La carne roja, proveniente de mamíferos no aviares como la vaca, el cerdo o el cordero, ha sido un tema polémico en la dieta humana. A pesar de los debates sobre sus efectos en la salud, cada vez más personas incluyen este tipo de alimentación.
En medio del creciente entusiasmo por las proteínas, algunos promueven su consumo como una fuente vital para mejorar la masa muscular, combatir la deficiencia de hierro y, en algunos casos, incluso mejorar la fertilidad.
Según Women’s Health, los expertos consultados advierten que la ciencia que respalda el consumo de carne roja no ha cambiado de manera significativa a lo largo de los años.
Los beneficios percibidos de la carne roja
En los últimos años, el interés por las proteínas ha alcanzado un auge sin precedentes, con usuarios de redes sociales compartiendo videos y publicaciones sobre dietas ricas en carne rojas.
Entre los beneficios más comentados se destacan el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular, la mejora en los niveles de energía, la absorción de zinc para la fertilidad, y la corrección de deficiencias de hierro.
Si bien la carne roja es una excelente fuente de nutrientes esenciales como proteínas, hierro y zinc, su consumo debe ser evaluado dentro de un contexto más amplio de una dieta equilibrada.
A pesar del auge de dietas basadas en productos animales, la ciencia sigue sin apoyar un consumo excesivo de carne roja, especialmente cuando se buscan beneficios a largo plazo para la salud. La moderación y la diversidad en las fuentes de nutrientes son la clave para aprovechar sus ventajas sin exponerse a los riesgos asociados.
Con información de Infobae