Sam Eaton, gerente en el Reino Unido de Oddschecker, plataforma que compara probabilidades en diferentes casas de apuestas, afirmó recientemente que el interés mostrado supera a la Europa League de fútbol o al campeonato de Fórmula 1. «No creo que hayamos tenido un mercado como este en el que haya habido tantos países interesados en ver las probabilidades», dijo.
También el portavoz del grupo de apuestas británico William Hill, Lee Phelps, coincidió en que «hay mucha especulación sobre el próximo papa», señalando que en su empresa el favorito es Parolin.
Encabezan las apuestas los mencionados Parolin y Tagle. En Oddschecker, la pestaña sobre el papa convive con Eurovisión, los premios Óscar y elecciones en algunos de los países más relevantes del mundo.
Conviene recordar que en el último cónclave celebrado, en 2013, Jorge Mario Bergoglio nunca entró en la lista de favoritos.
En el caso de Italia, país en el que no está permitido apostar en este tipo de eventos religiosos, los ciudadanos han encontrado una manera lúdica de entrar en el juego.
Emulando a las alineaciones de fútbol, en Fantapapa hay que elegir a 11 cardenales papables: el capitán es en el que más se confía para conquistar el trono de Pedro, mientras que el portero es que se considera con menos posibilidades de lograrlo.
En el cónclave que se inicia el miércoles participarán 133 cardenales, todos los menores de 80 años, salvo dos aquejados de problemas de salud. De ese grupo, 108 fueron nombrados por Francisco, frente a 21 designados por Benedicto XVI y cuatro por Juan Pablo II.
Cuando una de las sucesivas votaciones alcance una mayoría de dos tercios de los votos, se producirá la fumata blanca. El elegido escogerá su nombre como sumo pontífice y será presentado en el balcón de la Basílica de San Pedro.
Las apuestas en los cónclaves no son nada reciente ni fruto de estos tiempos, sino que hay registros de que ya se producían hace al menos 500 años, cuando incluso se suscribían pólizas de seguro de vida sobre cada papa en ejercicio.
Sin embargo, a pesar de la tradición o de la perspectiva lúdica, se trata de un juego muy serio. La Organización Mundial de la Salud estimaba a finales del año pasado que el 1,2 % de la población adulta tenía problemas de ludopatía, una adicción que provoca multitud de problemas y que está relacionada con un incremento sensible de las probabilidades de suicidio.
Con información de Actualidad RT