Una noche cualquiera, el control remoto del televisor desaparece sin dejar rastro. Lo más probable es que haya quedado atrapado entre los cojines del sillón o detrás de un mueble imposible de mover. Una situación que todos hemos vivido, pero que tiene solución justo en nuestras manos: usar el celular.
Esta opción se ha convertido en una funcionalidad práctica, accesible y cada vez más extendida, ya que tiene las mismas funciones del mando original del TV y en algunos casos añade otras, como la posibilidad de realizar comandos de voz o escuchar a través de audífonos conectados al teléfono.
Por qué usar el celular como control remoto
Además de evitar los imprevistos con controles extraviados o dañados, el celular ofrece ventajas importantes. La comodidad de tener el dispositivo siempre cerca, la posibilidad de escribir texto fácilmente (como al buscar contenido en plataformas de streaming), y la integración con otros dispositivos inteligentes del hogar lo convierten en una alternativa funcional.
Limitaciones y precauciones para realizar la configuración
Aunque el celular puede ser una solución versátil, no está exento de inconvenientes. Por ejemplo, si el teléfono se queda sin batería, deja de estar disponible como control. También existen problemas de compatibilidad con modelos antiguos de televisores, y algunas apps requieren conexión WiFi constante, lo que puede ser un obstáculo si el router falla.
Otro punto importante es la elección cuidadosa de las aplicaciones. Conviene descargar aquellas que sean oficiales o ampliamente reconocidas, ya que antes de descargar cualquier aplicación que no sea oficial de alguna marca, se recomienda buscar referencias con el fin de evitar que esta pueda dañar tu celular o realizar acciones que atenten contra tu privacidad.
Con información de Infobae