Se estima que la prevalencia del diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA) es del 1% al 2% en la población general. El autismo se caracteriza por un espectro heterogéneo de condiciones del neurodesarrollo, marcadas por dificultades persistentes en la comunicación social recíproca y comportamientos e intereses restringidos y repetitivos. Además, estos rasgos pueden manifestarse de manera subclínica, conocidos como el fenotipo más amplio del autismo.
Los patrones dietéticos prenatales han surgido como un factor potencial en el origen del autismo, aunque la evidencia aún es limitada. Estudios previos han encontrado que el uso de suplementos multivitamínicos y de ácido fólico prenatales, un adecuado estado de vitamina D y una alta ingesta prenatal de pescado están inversamente asociados con el diagnóstico de autismo y sus rasgos asociados.
Sin embargo, hasta ahora, solo cuatro estudios han investigado esta asociación con tamaños de muestra pequeños, lo que puede aumentar el riesgo de errores y resultados heterogéneos. Por ello, este nuevo trabajo busca profundizar en esta evidencia midiendo las asociaciones de alta adherencia a un patrón dietético prenatal saludable con el diagnóstico de autismo utilizando datos de dos grandes estudios de cohorte prospectivos: el Estudio de cohorte noruego de madres, padres e hijos (MoBa) y el Estudio longitudinal de Avon, en el suroeste de Inglaterra, de padres e hijos (ALSPAC).
MENOS PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN EN LOS NIÑOS A LOS 3 Y 8 AÑOS
Los participantes incluyeron embarazos únicos con respuestas autoinformadas a un cuestionario de frecuencia alimentaria. MoBa reclutó participantes entre 2002 y 2008, mientras que ALSPAC lo hizo entre 1990 y 1992, realizando un seguimiento de los niños hasta los 8 años o más. Las tasas de reclutamiento fueron del 41% en MoBa y del 72% en ALSPAC. El análisis de datos se realizó entre febrero de 2022 y agosto de 2023.
El estudio derivó un patrón dietético prenatal saludable mediante análisis factorial, modelando la adherencia como baja, media y alta. En MoBa, los resultados fueron el diagnóstico de autismo y puntuaciones elevadas en el cuestionario de comunicación social a los 3 y 8 años, con un análisis adicional de subdominios de dificultades de comunicación social y conductas restrictivas y repetitivas. En ALSPAC, los resultados fueron puntuaciones elevadas en la lista de verificación de dificultades de comunicación social a los 8 años. Los modelos ajustados finales mostraron que una alta adherencia a un patrón dietético saludable se asoció con probabilidades reducidas de diagnóstico de autismo y dificultades de comunicación social a los 3 años en MoBa y a los 8 años en ALSPAC, sin evidencia consistente de asociación con otros resultados.
En resumen, en este estudio de cohorte de díadas madre-hijo se observó que la alta adherencia a un patrón dietético prenatal saludable (HPDP) se asoció con una reducción del 22% en la probabilidad de diagnóstico de autismo. En cuanto a los rasgos asociados al autismo, se encontró una relación entre las dificultades de comunicación social y una mayor adherencia al HPDP, aunque las asociaciones con conductas restrictivas y repetitivas fueron inconsistentes. Además, se notó que las niñas podrían tener una mayor asociación entre la adherencia al HPDP y las dificultades de comunicación social a los 8 años.
A pesar de estos hallazgos, aún no se puede confirmar la causalidad de estas asociaciones. Se necesita más investigación para corroborar estos resultados, especialmente debido a la inconsistencia en la literatura previa y en las mediciones de los rasgos asociados al autismo. Los autores apuntan que sería beneficioso medir los subdominios tanto de forma combinada como por separado y explorar si las asociaciones varían según el grupo de alimentos. Además, la triangulación con diseños de estudio alternativos y la exploración de mediadores potenciales son necesarias para respaldar la interpretación causal de las asociaciones observadas en este estudio publicado en JAMA Network Open.
Con información de Web Consultas