A juicio de los expertos, es necesario que el alumno invierta tiempo en la lectura comprensiva y que el profesor se tome el tiempo de corregir
||Agencias Nacionales
El más reciente informe del Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea (Secel) que ejecuta la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), reveló el déficit en el rendimiento académico en los estudiantes de educación básica y media.
José Javier Salas, coordinador de proyectos especiales de la escuela de Educación de la UCAB, resaltó que el deterioro principal ocurre en la materia Castellano y luego le sigue Matemáticas.
“Tenemos un rezago en el desarrollo de las competencias. En el área de Castellano, los estudiantes no son capaces de codificar un texto y su habilidad para expresarse de forma oral y escrita, es débil. Ahí está la principal urgencia”, expresó.
Salas comentó que el examen que aplican no se concentra en formas sino en “cosas obvias en la habilidad para leer y entender un texto, en cómo escribo y desarrollo un párrafo. Ahí están las principales debilidades. Es difícil porque en el caso del Castellano tenemos unas 800 horas para trabajar y luego no tenemos los resultados que se quieren. Si no lo estamos logrando es porque el énfasis es difuso y no va a lo más importante”, dijo.
A juicio del docente de la UCAB, es necesario que el estudiante invierta tiempo en la lectura comprensiva y que el profesor lo evalúe con los distintos niveles de complejidad. “El estudiante tiene que invertir en tiempo escribiendo, pero necesita que alguien corrija”, resaltó.
Salas comentó que, en el caso de Matemáticas la competencia no es tan obvia porque el contenido cambia de un año a otro (polinomio, trigonometría, entre otros) y que resulta difícil convencer al docente lo significativo del día a día para el estudiante.
“No consigues una raíz cuadrada en el mercado y al docente le cuesta contextualizar eso. Entonces hace que el aprendizaje sea más superficial y con el tiempo se olvida”, expresó.
¿QUÉ AVANCES SE OBSERVAN?
Salas indicó que más que avances, existe una tendencia hacia abajo. A su juicio, inciden las variables típicas como el déficit de los estudiantes y el bajo salario de los docentes. “Hace falta encontrar otras hipótesis que explique este deterioro que de alguna manera es más difícil de enseñar”, agregó.
Para el docente en la actualidad a los estudiantes los bombardean las redes sociales con mensajes superficiales, en lo que todo es más directo, más básico y no exigen comprensión de ningún tipo, pues los alumnos no piden inferencias porque el día a día no se lo exige.
Salas añadió que las pruebas las aplicaron en zonas donde hay más urbanismo y donde hay mayor penetración del servicio de internet.
“Nuestra data es pequeña en relación a lo que se quiere. En 2023 aplicamos 23.000 pruebas y este año apenas superamos las 10.000 y eso tiene que ver que, aunque el examen es libre, representa para muchos estudiantes inseguridad y evitan tomar el examen”.