Casi 20 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria aguda en América Latina en 2024; Colombia encabezó la lista con 8,8 millones.
Según el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC), elaborado junto a agencias de la ONU, la crisis en Colombia se agravó por el conflicto armado, el desplazamiento interno y la precariedad de la población migrante.
Del total colombiano, 7,8 millones eran ciudadanos y 1 millón eran refugiados o migrantes, muchos de ellos venezolanos.
Aunque el número absoluto sigue siendo alto, hubo una mejora entre los migrantes: la inseguridad alimentaria severa cayó del 52% en 2023 al 37% en 2024. La GNAFC atribuye esta mejora a una inflación más moderada y al acceso al empleo, especialmente para quienes tienen Permiso por Protección Temporal.
En la región, Haití fue el país con la situación más grave. Allí, 5.600 personas llegaron a Fase 5 —la más crítica— con riesgo de inanición. Además, 300.000 menores sufrieron desnutrición aguda, posicionando al país como el único con crisis nutricional en 2024.
Guatemala y Honduras mostraron mejoras significativas. Guatemala redujo su población con inseguridad alimentaria aguda de 4,3 a 3,1 millones de personas; Honduras pasó de un 25% de afectados a un 19%.
Sin embargo, la crisis no ha terminado. Las condiciones climáticas —como la sequía y temperaturas elevadas— amenazan la producción agrícola y los medios de vida, sobre todo en Centroamérica y el noroeste sudamericano.
En total, los seis países más afectados fueron: Colombia, Haití, Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador. La GNAFC alerta que el porcentaje regional de población con inseguridad alimentaria grave subió del 17% al 20% en un año.
||Agencias Nacionales