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Después del gesto serio del principio de la temporada ante el dominio de los McLaren, Max Verstappen recuperó la sonrisa ganando en Emilia-Romaña y este fin de semana llega en busca de la confirmación a una de las citas más míticas del calendario, el circuito urbano de Mónaco.
Será la 71ª edición de este emblemático Gran Premio y de entrada todas las miradas se dirigirán al Red Bull del vigente tetracampeón mundial, que gracias a su éxito del domingo en el Autodrómo Enzo y Dino Ferrari de Imola pudo acercarse a 22 puntos del líder Oscar Piastri y a nueve unidades del otro piloto titular de McLaren, Lando Norris, que es segundo de la general.
Ahora el circo de la F1 se instala a orillas del Mediterráneo, en un Montecarlo donde el propio Verstappen tiene un ático muy cercano a viviendas de otros pilotos de la Fórmula 1.
MENOS ABURRIMIENTO
Con la intención de dar más emoción competitiva, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) anunció el pasado febrero que había decidido imponer dos paradas en boxes obligatorias en el Gran Premio de Mónaco.
Las 10 escuderías tendrán la obligación de utilizar como mínimo tres juegos de neumáticos distintos durante la carrera y al menos de dos tipos (suaves, medios, duros) si se disputa con tiempo seco.
Es una medida excepcional teniendo en cuenta que el reglamento actual impone a los equipos una parada en boxes por carrera y el uso de dos tipos de neumáticos diferentes.