|| Nota Especial
***Los síntomas de esta enfermedad en estadios avanzados son poco específicos, pero se puede descubrir de forma precoz
El cáncer de ovario es una enfermedad de causas desconocidas que afecta con mayor frecuencia a las mujeres a partir de los 60 años y a quienes tienen antecedentes familiares, sobre todo si estos son de primer grado, es decir, que se presentaron en parientes directos como madre y hermanas. Sin embargo, esta patología puede aparecer a cualquier edad.
Gabriel Pérez, cirujano oncólogo, especialista en ginecología oncológica, comentó que, como se desconocen las causas del cáncer de ovario, no existe un método efectivo para prevenirlo.
Sin embargo, el doctor Pérez, quien es uno de los especialistas de la Clínica de Prevención del Cáncer (CPC) de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), explicó que la literatura médica señala que el uso de anticonceptivos orales tiene un efecto protector contra el cáncer de ovario, así como también se indica que las mujeres que son nulíparas (que nunca han estado embarazadas) presentan un mayor riesgo de desarrollar este tipo de enfermedad oncológica.
Alertó que el cáncer de ovario generalmente se diagnostica tarde, porque “en sus estadios iniciales no presenta sintomatología y cuando aparece la enfermedad se encuentra avanzada”.
Además, añadió que los síntomas de este tipo de carcinoma son poco específicos en fases tardías, por lo que se pueden confundir con otros padecimientos de menor gravedad y generar que las pacientes no consideren necesaria la atención médica, “lo que ocasiona que la afección se diagnostique tarde”.
Expresó que los síntomas incluyen: dolor abdominal; sensación de peso a nivel del abdomen o la pelvis, hinchazón, pérdida del apetito y presión en la vejiga, que causa aumento en la frecuencia urinaria; entre otras.
DETECCIÓN PRECOZ
El especialista destacó que el cáncer de ovario puede detectarse de forma precoz, a través de una ecografía transvaginal, si las mujeres, incluyendo quienes tienen predisposición familiar, acuden a realizarse anualmente la evaluación ginecológica que corresponde.
Aunque, aclaró que, dependiendo de los antecedentes, se puede indicar la realización de otras evaluaciones como, por ejemplo, una tomografía de abdomen y pelvis y pruebas genéticas para descubrir mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2, ya que estos inhiben la función de los tumores malignos excepto cuando mutan, “por lo que las alteraciones en ellos aumentan significativamente el riesgo de padecer algunos cánceres, entre ellos el de ovario”.
Mencionó que, si existen alteraciones en los genes BRCA1 y BRCA2, se puede plantear, dependiendo de la edad de la paciente, una ooforectomía profiláctica, una cirugía para extirpar los ovarios con la finalidad de eliminar el riesgo de desarrollar este tipo de displasia.
