La relación entre el uso del celular y la psicología humana es un tema de creciente interés en la era digital. Un estudio reciente de la Universidad de Extremadura ha puesto de manifiesto cómo una práctica tan simple como mantener el celular en silencio puede tener implicaciones profundas para nuestra salud mental y bienestar general.
Según el informe “Análisis de la salud mental y uso problemático del móvil en universitarios españoles”, el acto de silenciar el teléfono va más allá de evitar interferencias no deseadas; representa una estrategia proactiva para proteger el espacio personal y gestionar el estrés en un momento saturado de información.
El estudio señala que silenciar el celular no solo previene interrupciones, sino que permite a las personas trazar límites claros, mejorando la capacidad de concentración y optimizando la gestión del tiempo.
Al reducir las interrupciones sonoras, se optimiza no solo el flujo de trabajo, sino la distribución del tiempo. Eliminar estos ruidos de fondo se traduce en una mayor eficiencia, haciendo que las tareas diarias sean más manejables y estén menos sujetas a interferencias externas.
Aunque el acto de silenciar el celular tiene beneficios, el estudio subraya la necesidad de equilibrar esta práctica para evitar un retraimiento social indeseado.
Mantener el celular en silencio de manera constante podría derivar en un aislamiento creciente y una desconexión del entorno, dificultando la recepción de mensajes importantes o impidiéndonos responder a situaciones urgentes.
Es, por tanto, esencial evaluar cuándo es prioritario desconectar para el bienestar mental y cuándo es necesario permanecer disponible. Encontrar un balance entre estar presente en el mundo digital y en el espacio tangible es crucial para mantener una interacción social saludable y proteger la salud mental y emocional.
Con información de Infobae