||Rodolfo Gamarra
El 65 % de la información en las redes es falsa. Un niño debería haber probado al menos 200 alimentos diferentes antes de cumplir el primer año de vida
La alimentación complementaria en los primeros años de vida es un pilar fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los niños. Esta se refiere a la integración gradual de alimentos sólidos y líquidos, distintos a la leche materna o fórmula en un lactante a partir de los 6 meses, como complemento y no sustituto. Todo con el fin de cubrir las necesidades nutricionales que la leche por sí sola no puede proporcionar.
Patricia Correa y el Dr. Alejandro Crespo, especialistas en pediatría, explicaron los cambios en las pautas nutricionales y los desafíos que enfrentan los padres al introducir nuevos alimentos en la dieta de sus hijos.
Las prácticas alimentarias que siguieron generaciones anteriores difieren de forma significativa de lo que hoy se considera óptimo. Correa señaló que muchos consejos provienen de costumbres arraigadas, como dar «agua de caraota» a los recién nacidos o jugos cítricos antes de los seis meses, prácticas que carecen de respaldo científico. «Hay opiniones bien intencionadas, pero no informadas», afirmó.
Crespo agregó que, en países como Venezuela, los hábitos alimentarios suelen incluir altas proporciones de carbohidratos y preparaciones poco balanceadas. «No es que nuestros padres nos enseñaran mal, sino que ahora debemos reaprender a cocinar y a comer», explicó.
INICIO Y PROGRESIÓN DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
Según los expertos, el momento ideal para iniciar la alimentación complementaria varía según el tipo de lactancia. En bebés con lactancia materna exclusiva, lo recomendable es comenzar a los seis meses. Si reciben fórmula o alimentación mixta, puede iniciarse entre los cuatro meses y medio y los seis, pero nunca antes o después. «A los siete meses ya es tarde, y a los tres, muy temprano», advirtió Correa.
La transición de texturas debe ser gradual: de líquidos y purés entre los seis y nueve meses, a semisólidos y sólidos hacia el año de vida. Además, se debe ofrecer una amplia variedad de alimentos antes de los 12 meses. «Un niño debería haber probado al menos 200 alimentos diferentes al cumplir el primer año», destacó Crespo.
PROPORCIONES Y COMPOSICIÓN DEL PLATO
Para evitar el exceso o la falta de nutrientes, los pediatras recomiendan el «método de la mano»:
- – Proteína animal: equivalente a la palma de la mano del niño.
- – Carbohidratos: un cuenco de la mano.
- – Frutas y vegetales: dos cuencos.
- – Grasas: dos dedos (la parte gruesa del pulgar).
Otra alternativa es dividir el plato en tres partes: la mitad sería vegetales o frutas, un cuarto para proteínas y otro de carbohidratos.
ALÉRGENOS ALIMENTARIOS: MITOS Y REALIDADES
Uno de los cambios más significativos en las recomendaciones pediátricas es la introducción temprana de alérgenos. «Retrasarlos no previene alergias; al contrario, puede reducir las posibilidades de superarlas antes de los dos años», afirmó el Crespo. Los nueve alérgenos más comunes (leche de vaca, huevo, maní, pescados, mariscos, cítricos, trigo, frutos secos y ajonjolí) deben introducirse con intervalos de tres días para observar posibles reacciones. La leche entera de vaca, sin embargo, no se recomienda antes de los dos años. «Las fórmulas infantiles están diseñadas para cubrir mejor las necesidades nutricionales», aclaró Correa.
RECONOCIMIENTO Y MANEJO DE ALERGIAS
Las alergias pueden manifestarse con síntomas digestivos (diarrea, cólicos), cutáneos (ronchas) o respiratorios (tos, dificultad para respirar). El diagnóstico incluye dietas de exclusión y, en algunos casos, pruebas de sangre. Mencionó Alejandro Crespo. HÁBITOS CLAVE Y PRECAUCIONESLos especialistas enfatizaron evitar el azúcar y la sal antes de los dos años, así como preferir frutas enteras sobre jugos. «Un jugo concentra el azúcar de varias frutas y pierde fibra; es mejor ofrecer la pieza entera», explicó Patricia Correa. En celebraciones, como los cumpleaños, donde es habitual en consumo de tortas y golosinas, (con altos contenidos de carbohidratos y azúcar refinada) sugirieron optar por alternativas saludables, como frutas o tortas sin alérgenos comunes. «El cambio de paradigma debe empezar en casa», señaló Crespo. INFORMACIÓN VERSUS DESINFORMACIÓNEn un mundo donde el 65% de la información en redes sociales es errónea, según los pediatras, es crucial buscar fuentes confiables y seguir las pautas de profesionales. La alimentación complementaria no solo influye en la salud inmediata del niño, sino también en sus hábitos futuros. Como concluyó la Dra. Correa: «No se trata solo de alimentar, sino de educar para una vida saludable». |