|| Rodolfo Gamarra
Ante el contexto global de cambio climático, la industria requiere modelos productivos más eficientes
La economía verde se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo sostenible, en un contexto global donde la escasez de recursos y el cambio climático exigen modelos productivos más eficientes. En Venezuela, el programa Coninverde, liderado por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), se destaca como una iniciativa clave para impulsar la economía circular en las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).
Financiado en un 80% por el programa Al-Invest Verde de la Unión Europea, este proyecto busca transformar la gestión industrial hacia prácticas más sostenibles y rentables.
Coninverde se enmarca dentro del programa Al-Invest, una iniciativa de la Unión Europea con casi cuatro décadas de trayectoria en apoyo a la manufactura en América Latina. Su sexta versión, denominada Al-Invest Verde, incorpora un componente ambiental.
APROBADA
Según Estela Hidalgo, gerente de Proyectos Especiales y coordinadora del Programa de Economía Circular de Conindustria, la propuesta venezolana fue aprobada tras un riguroso proceso de selección. «El 80% del costo total del proyecto lo financia la Unión Europea, mientras que el 20% restante es un aporte local», explicó Hidalgo. Gracias a patrocinadores nacionales, el costo de capacitación de las empresas se redujo a solo 20 euros por participante, lo que facilita el acceso a herramientas clave para la transición hacia la circularidad.
ECONOMÍA CIRCULAR: MÁS QUE UN CONCEPTO
La economía circular representa un cambio de paradigma frente al modelo lineal tradicional de «producir, usar y desechar». Consiste en optimizar recursos, reutilizar materiales y reintegrarlos al ciclo productivo, ya sea como insumos propios o para otras industrias. Un ejemplo cotidiano, mencionado por Hidalgo, es la reutilización de envases de mantequilla para almacenar alimentos.
«Todos tenemos que hacer economía circular porque el planeta nos reclama responsabilidad. Debemos dejar a las futuras generaciones un ambiente mejor que el actual», afirmó la especialista. Para las empresas, los beneficios son concretos: reducción de costos, mayor eficiencia y mejora en la competitividad.
LAS FASES DE CONINVERDE
El programa se estructura en cuatro etapas claves:
- Diagnóstico: Las empresas reciben una herramienta de autoevaluación guiada por consultores, que identifica su nivel de circularidad y áreas de mejora.
- Capacitación: Dos representantes por compañía participan en 21 horas de formación, más tres horas dedicadas al diagnóstico. Al finalizar, obtienen certificados avalados por Conindustria.
- Asistencia técnica: Durante 16 horas, expertos ayudan a diseñar proyectos específicos para implementar prácticas circulares.
- Certificación «Sello Verde»: Las empresas que cumplan los requisitos recibirán este distintivo, desarrollado por Fondo Norma, organismo venezolano de normalización y calidad.
PLATAFORMA Y ALCANCE
Coninverde no solo es un programa temporal; su legado quedará plasmado en una plataforma digital que centralizará el conocimiento generado. Esta herramienta se suma a otros servicios de Conindustria, como el mapa de comercio exterior Bentrey y las encuestas de coyuntura industrial.
«La plataforma está diseñada para que las cámaras sectoriales y regionales repliquen estos recursos entre sus afiliados», destaca Hidalgo. El objetivo es crear un ecosistema sostenible que perdure más allá del proyecto.
METAS Y AVANCES
El compromiso con la Unión Europea incluye capacitar a 250 empresas venezolanas en dos años. Hasta ahora, 48 han completado el proceso. «El primer año dedicamos esfuerzos a desarrollar la plataforma. Ahora estamos en fase de captación para cumplir la meta», señaló Hidalgo. De las 250 empresas, 75 recibirán asistencia técnica financiada, y 50 obtendrán el Sello Verde. Para el lider empresarial, este esfuerzo es una oportunidad única. «En medio de los desafíos actuales, las empresas pueden enfocarse en el futuro y prepararse para ser más competitivas».