Hacer ejercicios que aumenten la frecuencia cardiaca y respiratoria de forma regular puede reducir hasta en un 40 por ciento el riesgo de deceso prematuro por todas las causas, según una investigación que analizó 85 trabajos, al comparar los datos de unos siete millones de personas de todo el mundo.
El estudio, publicado la semana pasada en la revista British Journal of Sports Medicine, asegura que el ejercicio aérobico regular resulta muy beneficioso para prevenir enfermedades cardiacas, que son la primera causa de fallecimiento en el mundo.
En comparación con las personas que realizaban poca o ninguna actividad física, las que hacían más ejercicio presentaron un 40 por ciento menos de probabilidades de fallecer por una enfermedad cardiovascular, mientras que el riesgo de padecer cáncer se redujo en un 25 por ciento.
Los investigadores sostienen que entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o entre 75 y 150 minutos de intensidad vigorosa a lo largo de la semana son suficientes para hacer una diferencia.
Incluso las personas más sedentarias que empezaron a hacer ejercicio de forma constante experimentaron un descenso del 22 por ciento en el riesgo de deceso prematuro. Por su parte, quienes habían dejado de hacer ejercicio volvieron a tener un riesgo de muerte similar al de aquellos que siempre se mantuvieron inactivos.
Además, el análisis encontró que la edad no parece ser un problema. Los que comenzaron a ejercitarse a edades más avanzadas, de igual modo, pudieron aumentar su longevidad, afirmó el coautor del trabajo y estudiante de doctorado en Salud Pública de la Universidad de Brisbane, Ruyi Yu.
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