Ozzy Osbourne, una de las leyendas más grandes en la historia del rock, falleció este martes a los 76 años, según confirmó su familia en un comunicado. El cantante británico murió “rodeado de cariño”, tras años batallando contra el párkinson, enfermedad que enfrentó con valentía hasta el final.
“Con una tristeza indescriptible, debemos anunciar el fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, escribieron Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis.
El impacto de Osbourne en la música es incalculable. Como vocalista de Black Sabbath, revolucionó el género del metal, vendiendo más de 75 millones de discos en todo el mundo. También forjó una exitosa carrera en solitario, consolidando su título de “Príncipe de las Tinieblas”. En los 2000, mostró una faceta más íntima al protagonizar el reality The Osbournes, que lo convirtió en un personaje familiar para nuevas generaciones.
Su muerte llega apenas dos semanas después de su regreso al escenario junto a los miembros originales de Black Sabbath, tras dos décadas sin tocar juntos.
Ozzy apareció sentado en un trono negro con alas, ovacionado por un público que coreó sus himnos más clásicos. “Es genial estar en este maldito escenario, no tienen idea”, dijo aquella noche antes de cerrar con una inolvidable versión de Paranoid.
La esposa de Osbourne, la presentadora televisiva Sharon Osbourne, reveló en febrero de 2025 que Ozzy había contraído la enfermedad de Parkinson y que le había impedido caminar, pero que «no afecta su voz».
Apodado el «Príncipe de las Tinieblas», Osbourne logró interpretar con soltura cuatro de los temas más icónicos de Sabbath: «War Pigs», «NIB», «Iron Man» y, quizás, el mayor éxito de la banda, «Paranoid».
Hoy, la música pierde una voz inconfundible y una leyenda que jamás será olvidada.
