Científicos han cultivado por primera vez semillas en el suelo de la luna, más concretamente, en muestras recuperadas durante las misiones de la Nasa en 1969 y 1972. El logro fortalece la posibilidad de cultivar plantas terrestres para apoyar a los puestos de avanzada humanos en otros mundos.
Los investigadores dijeron el jueves que plantaron semillas de Arabidopsis thaliana en 12 pequeños recipientes del tamaño de un dedal, cada uno con un gramo de suelo lunar, más propiamente llamado regolito lunar, y observaron cómo brotaban y crecían.
El regolito lunar, con sus partículas afiladas y la falta de materia orgánica, difiere mucho del suelo de la Tierra, por lo que se desconocía si las semillas germinarían.
“Cuando vimos por primera vez la abundancia de brotes verdes sobre todas las muestras, nos quedamos sin aliento”, dijo la profesora de ciencias hortícolas Anna-Lisa Paul, directora del Centro Interdisciplinario de Investigación Biotecnológica de la Universidad de Florida y codirectora del estudio publicado en la revista Communications Biology.
Posibles cultivos en la Luna y Marte
“Las plantas pueden crecer en el regolito lunar. Esa declaración simple es enorme y abre la puerta a la exploración futura utilizando recursos en la Luna y probablemente en Marte”, dijo Paul.
Cada semilla germinó y no hubo diferencias externas en las primeras etapas de crecimiento entre las sembradas en el regolito -compuesto principalmente de rocas basálticas trituradas- y las semillas sembradas por razones comparativas en ceniza volcánica de la Tierra con composición mineral y tamaño de partícula similar.
Las semillas cultivadas en regolito crecieron más lentamente y, en general, son más pequeñas. Tienen raíces algo atrofiadas y son más propensas a exhibir hojas más pequeñas y una coloración negra rojiza profunda que no es típica de un crecimiento saludable.
También mostraron actividad genética similar a las reacciones de las plantas a la sal, el metal y la oxidación.
Persisten algunas diferencias
“Aunque las plantas pudieron crecer en el regolito, tuvieron que hacer un mayor esfuerzo metabólico para lograrlo”, dijo Paul.
Para los investigadores, el solo hecho de que las plantas crecieran es notable.
El colíder del estudio, Rob Ferl, de la Universidad de Florida, dijo que “ver crecer las plantas es un logro porque indica que podemos ir a la Luna y cultivar nuestros alimentos, limpiar nuestro aire y reciclar nuestra agua usando las plantas de la forma en que las usamos aquí en la Tierra. También es una revelación porque dice que la vida terrestre no se limita a la Tierra”, añadió Ferl.
Tres días de espera
La Nasa puso a disposición 12 gramos, solo unas pocas cucharaditas, de regolito recolectado durante las misiones Apolo 11, Apolo 12 y Apolo 17.
Los investigadores plantaron tres o cuatro semillas en una docena de recipientes humedecidos con una solución nutritiva, luego las colocaron en un laboratorio a unos 23 grados centígrados bajo luces LED que emitían un tono rosado. Las semillas brotaron en tres días.