Cuba elevó su voz en protesta ante la significativa presencia de fuerzas militares navales y aéreas de Estados Unidos en el sur del Caribe, calificando estas actividades como un despliegue bajo falsos pretextos y una respuesta a una corrupta agenda del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
La diplomacia cubana subrayó que esta presencia militar representa una amenaza a la seguridad y la paz de América Latina y el Caribe, una denuncia que se suma a una previa crítica cubana, emitida el 19 de marzo de 2025, contra el despliegue del buque destructor USS Gravely en el Golfo de México, también bajo el supuesto pretexto de combatir el tráfico ilegal de drogas.
Según informes de la Marina de los estados Unidos, el despliegue estadounidense incluye más de 4.000 infantes de Marina y marineros adicionales en las aguas que rodean América Latina y el Caribe, supuestamente para hacer frente a los cárteles de la droga, aunque es conocido que el 90 por ciento de ella sale hacia EE.UU. por el océano Pacífico.
Parte de esta operación es el despliegue del Grupo Anfibio Listo (ARG) Iwo Jima y la 22.ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina (MEU) al Comando Sur de Estados Unidos, que incluye el buque insignia USS Iwo Jima (LHD 7) y los buques USS San Antonio (LPD 17) y USS Fort Lauderdale (LPD 28), con una fuerza total de más de 4.500 marineros e infantes de marina.
Desde la Administración de Donald Trump, se ha observado una tendencia a intensificar la militarización en la región en lugar de atender las causas del crecimiento del consumo de drogas al interior de EEUU, mayor mercado mundial.
Sin embargo, la justificación de la lucha contra el narcotráfico es “parte de una agenda política más amplia que socava la paz y la soberanía en la región”, como señaló el canciller cubano.