La ONU anunció este jueves que ha asignado 110 millones de dólares para evitar la parálisis de diez programas de ayuda humanitaria vital en países que sufren situaciones que han quedado en una suerte de olvido ante el surgimiento de nuevas crisis más agudas y con potenciales repercusiones regionales e internacionales.
Entre las crisis que serán atendidas con estos recursos están las de Venezuela y Honduras, aunque un tercio del total será destinado a Sudán, que se enfrenta a un desplazamiento de los más graves de la historia reciente a raíz de un conflicto armado interno.
Además de esos tres países se apoyarán los programas en Afganistán, la República Centroafricana, Mauritania, Níger, Somalia y Zambia.
Actualmente, más de 300 millones de personas en todo el mundo necesitan ayuda humanitaria, pero la financiación no cesa de disminuir desde hace años y se teme que en 2025 caiga a un mínimo histórico por el recorte de la financiación humanitaria que ha decretado el Gobierno de Estados Unidos.
«Para los países azotados por los conflictos, el cambio climático y las turbulencias económicas, los brutales recortes de financiación no significan que desaparezcan las necesidades humanitarias», enfatizó el secretario general adjunto de la ONU para asuntos humanitarios, Tom Fletcher.
Explicó que la asignación anunciada hoy canaliza los recursos rápidamente hacia donde más se necesitan.
Dos veces al año, el fondo mundial de emergencia de la ONU asigna un presupuesto para emergencias con financiación insuficiente, lo que también le sirve como alerta a los donantes (Estados y sector privado) sobre la financiación adicional que se requiere.
Este año, la comunidad humanitaria ha lanzado una petición de 45.000 millones de dólares para atender las necesidades más básicas de las 185 millones de personas más vulnerables atrapadas en crisis en todo el mundo.
Hasta la fecha, sólo se ha recibido el 5 % de esta financiación.
EFE