Capilla de La Santa Cruz: Un ícono de la historia en El Limón

|| Rodolfo Gamarra | Fotos: Rodolfo Gamarra

Habitantes del sector comenzaron a construir el pequeño oratorio que le dio albergue a la cruz

En la ruta hacia la Semana Santa, El Periodiquito sigue tras las Historias de Templos. Cuenta la leyenda que por el año 1945, un grupo de conuqueros preocupados por una intensa sequía que azotaba a la región, prometieron a la Santa Cruz, construir un atadero como ofrenda si les concedía la gracia de la lluvia.

Llenos de fe y esperanza hicieron un molde en el suelo con la forma de la cruz y lo rellenaron con cabillas, arena y cemento, cuando terminaron, de inmediato se desató un fuerte aguacero que alimentó la seca tierra.

La cruz, aún sin haber secado, tuvo que ser tapada con hojas de palma para protegerla de la copiosa lluvia. En ese mismo lugar, los pobladores le construyeron un pequeño techo y comenzaron a adornarla con coloridos objetos para las festividades del 1° de mayo.

Pronto la leyenda de “La Santa Cruz Milagrosa”, recorrió todos los caseríos del sector El Limón, en el municipio Mario Briceño Iragorry del estado Aragua. Los frailes benedictinos que regentaban el colegio Padre Antonio Leyh en la hacienda La Trinidad iban y daban la misa allí.

Así fue como un fundador del sector de origen italiano, se acercó hasta el lugar donde se encontraba la cruz, cerca de la quebrada “El Manguito”, en la avenida Principal de El Limón y le hizo una promesa, si le concedía el favor que le pedía, le construiría una capilla.

Al poco tiempo fue bendecido con el milagro de la Santa Cruz, por lo que en agradecimiento él, junto a otros habitantes del sector, comenzaron a construir la pequeña, aunque hermosa capilla, que le dio albergue a la cruz que permaneció sobre el altar durante muchos años.

Así comenzó la historia de esta “Cruz Milagrosa”. De todas partes del estado Aragua y de Venezuela, llegaban personas a pedir favores a la figura, que a pesar de su apariencia sencilla y rústica, era objeto de devoción por parte de creyentes que depositaban su fe en ella, con la firme convicción de poder conseguir una solución a problemas que los agobiaban.

Cuenta Deici Rodríguez Cardoso, conocida como “La Pucha”, fundadora de la comunidad, que su familia, junto a otras más, fueron las que con su propio esfuerzo lograron la construcción del oratorio, lo que les llevó tres años.

LANZADA A LA QUEBRADA

Entre risas, Rodríguez contó que un día llegó un sacerdote nuevo a la capilla y vio la rústica cruz, sobre la que comentó que era muy fea para estar en el altar, la tomó y la lanzó al río, “mi papá junto a otros vecinos indignados por la ignorancia del sacerdote, lo buscaron y lo obligaron a sacar la cruz de las aguas”. Relató que desde ese momento, aunque no regresó al altar, la Santa Cruz, fue llevada al patio de su casa y la pusieron bajo un techo donde aún permanece.

LOS EMBATES

Rodríguez resaltó que son cuatro las veces que la capilla ha recibido el embate de la fuerza arrolladora de la naturaleza, la última fue en septiembre de 2020, cuando la quebrada se desbordó y arrastró parte de la estructura externa. Luego de un año de restauración, el santuario fue entregado nuevamente a la comunidad.

En una de estas crecidas de la quebrada, la Santa Patrona, la Virgen del Carmen, fue arrastrada por el agua de su nicho dentro de la capilla, que llegó hasta el sector San Vicente, según relató Rodríguez.

Agregó que fueron a reclamar la imagen de la virgen a esa comunidad, pero los residentes se negaron y desde entonces la imagen original se encuentra en San Vicente, donde permanece resguardada.

Cabe resaltar que en una ocasión un ingeniero recomendó la demolición del templo, fue casi de inmediato que la comunidad se hizo sentir e impidió que su patrimonio cultural y religioso fuera destruido.

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