|| Rodolfo Gamarra
El objetivo es incrementar los inventarios para generar excedentes y acceder a mercados internacionales
El sector ganadero venezolano ha demostrado capacidad para abastecer el consumo nacional de carne, según Edgar Medina, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga).
Sin embargo, los altos costos de producción, la fluctuación cambiaria y la falta de seguridad jurídica limitan su potencial exportador.
Medina explicó que el país sacrifica al año alrededor de 1,5 millones de reses, cifra que coincide con la demanda interna.
«Producimos lo necesario para alimentar a los venezolanos», afirmó. No obstante, el objetivo es incrementar los inventarios para generar excedentes y acceder a mercados internacionales.
La exportación no solo representaría una fuente de divisas, sino que también permitiría financiar la modernización del sector.
«Necesitamos créditos para aumentar la producción de carne y leche», señaló el dirigente. Este salto requeriría, según Fedenaga, políticas claras que garanticen seguridad jurídica y protección a la inversión privada.
LOS FRENOS A LA ESTABILIDAD
Uno de los mayores obstáculos es la disparidad monetaria en la cadena de suministro. Mientras los productores adquieren insumos en dólares, las ventas al consumidor final se realizan en bolívares. Esta distorsión, agravada por la volatilidad cambiaria, encarece los precios. «El kilo de carne ha pasado de 6 y 7 dólares a 9 en algunos cortes», detalló Medina.
El problema se acentúa en zonas fronterizas, donde los trabajadores exigen pagos en moneda extranjera ante la escasez de bolívares digitales. «Si no homogenizamos el sistema, el eslabón más débil (el productor) seguirá perdiendo», advirtió.
Resaltó que aunque Venezuela tiene potencial para convertirse en exportador de carne, requiere resolver las distorsiones cambiarias y ofrecer garantías a los inversionistas. “Sin un marco económico estable, el crecimiento del sector seguirá limitado, y con él, la posibilidad de generar divisas para el país”.