Más de 10 mil personas desplazadas en los últimos días por las inundaciones en la región italiana de Emilia-Romaña (norte) han podido volver a sus casas, mientras continúan las labores de limpieza y el control de corrimientos de tierra, lo que más preocupa ahora.
El último reporte, cifra los desplazados en 26 mil, mientras que el sábado superaban los 36 mil, aunque prosigue hasta el lunes la “alerta roja” en toda la región por riesgo hidrogeológico, según el último boletín oficial.
La mayor parte de los desplazados son de la provincia de Ravenna, la más afectada, mientras que otros 4.918 son de Forlì-Cesena y 1.906 de Boloña.
Mientras la población, efectivos de Emergencias y voluntarios se afanan en limpiar las calles y achicar agua, el principal temor de las autoridades son los corrimientos de tierra derivados del desbordamiento de una veintena de ríos esta semana por las lluvias.
El desastre natural, valorado en “miles de millones de euros” por las autoridades regionales, ha destrozado numerosas infraestructuras y este domingo permanecían cerradas 622 carreteras.