|| Rodolfo Gamarra
El trasplantado requiere de la “ingesta de por vida” de inmunosupresores. En Venezuela la situación es delicada por los altos costos
Importantes instituciones a escala mundial coinciden en que por lo menos 8.000.000 de personas, van a sufrir de una enfermedad renal crónica y es probable que requieran de un trasplante. Los que se someten a este tipo de intervención pueden disfrutar de una buena calidad de vida y regresar al campo laboral como un individuo productivo, siempre que cumplan con los cuidados correspondientes.
Sin embargo, es crucial que luego de esta intervención, el paciente realice todos los cuidados necesarios con el fin de poder conservar la salud. Para este fin, además de una dieta adecuada, requiere de la “ingesta de por vida” de inmunosupresores.
Estos fármacos tienen la función de indicar al sistema inmune del paciente que el órgano trasplantado forma parte de su cuerpo, para que lo perciba como propio y no lo rechace.
En Venezuela existen miles de personas que han recibido trasplante de órganos, sin embargo, desde hace unos años, padecen debido a la escasez de los inmunosupresores, vitales para que puedan mantenerse sanos y no perder su órgano.
Lucila Velutini, miembro de la Organización de Trasplantes de Venezuela (ONTV), aseguró que estos medicamentos son de muy alto costo.
“Eran entregados por el Instituto de los Seguros Sociales. Desde unos años para acá, este no siempre proporciona los medicamentos completos”.
Según Velutini, estos fármacos no pueden ser sustituidos por algo similar o que tenga el mismo principio, “cuando se toma un inmunosupresor tiene que ser de por vida”, si va a ser cambiado, debe ser por el médico tratante, luego de la realización de muchos exámenes antes y después de sustituirlo.
Una caja de pastillas de 50 unidades llega a sobrepasar los 300 dólares. Un trasplantado debe ingerir de dos a tres inmunosupresores diarios. En total tomará entre cuatro y siete, al sumar otros medicamentos similares que puede requerir para no perder su trasplante.
REALIDAD NACIONAL
En la actualidad, son pocos los trasplantes que se realizan en Venezuela, debido a la escasez, no sólo de los inmunosupresores, sino también, de los medicamentos que se requieren para el tratamiento preoperatorio.
Por otro lado, la única opción es el trasplante, “vivo a vivo”, significa que un pariente, hasta quinto grado de consanguineidad, en excelente estado de salud, en un acto voluntario y altruista, desee ser el donante. Sin embargo, esto deja fuera a 98% de la población que por algún motivo no tiene un familiar compatible.
Otro factor son los altos costos de las clínicas privadas que impiden a la mayoría poder acceder a ellos. Son pocas las instituciones públicas que hacen este tipo de intervención, y no existen cifras oficiales para consultar.
Desde el 1° de junio de 2017, La Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), ente rector del sistema SPOT desde el año 2014, comunicó que suspendería temporalmente el sistema, en miras de mejorar los programas de salud pública y agilizar la distribución de medicamentos inmunosupresores.
DIÁLISIS COMO ALTERNATIVA Los pacientes que no pueden acceder a un trasplante, deben comenzar el proceso de diálisis, para lograr extender su vida. Este es otro de los problemas que tienen que afrontar, ya que la situación actual del sistema nacional de salud, impide que puedan contar con suficientes máquinas de diálisis. Un paciente que tiene que dializarse puede sufrir efectos secundarios después del proceso, marearse o debilitarse, entre otros síntomas, lo que amerita que un familiar lo asista. Son hasta cuatro horas en la máquina lo que afecta la rutina familiar y la situación laboral del paciente y de quien lo atiende. Los centros en su mayoría se encuentran colapsados, lo que produce un círculo vicioso, donde es difícil realizar la diálisis y tampoco pueden optar a un trasplante. Aseguró la representante de ONTV, que son muchos los que mueren a diario en el país por no poder acceder a ninguna solución. |
EL DATO
Al donar los órganos y tejidos al morir, puedes salvar o mejorar hasta 75 vidas. Muchas familias dicen que saber que su ser querido ayudó a salvar o mejorar otras vidas los ayudó a sobrellevar la pérdida.
