|| Rodolfo Gamarra
El trabajo fue duro, caminar entre el barro y los escombros, cavar para poder extraer a las personas atrapadas es una labor peligrosa y extenuante
El 17 de octubre de 2022, una fuerte lluvia provocó un aluvión que arrasó con varias viviendas y dejó tres muertos y cientos de damnificados en los sectores de El Castaño y Palmarito, en el municipio Girardot, estado Aragua.
Hace poco se cumplió un año de esta tragedia, hecho terrible que conmocionó a todo el pueblo maracayero. Son muchos los héroes anónimos que arriesgaron su vida en pro del bien común. Solo el primer día lograron rescatar a más de 45 personas.
Estos servidores públicos y voluntarios, desde las distintas instituciones de seguridad y rescate, narraron sus propias historias.
Vivos y juntos
Entre los afectados se encuentra Kelly Valcasa, un voluntario de los Tragahumo de Palmarito, una brigada que se dedica a combatir los incendios de montaña. Es habitante de la zona, de toda la vida y tenía su residencia en el sector El Potrero.
Él contó cómo fue ese día, cuando estaba en su casa con su esposa, sus suegros y su sobrina. Al escuchar los fuertes estruendos en la parte alta de la montaña, se dio cuenta de que algo no estaba bien, el río no presentaba una corriente normal por lo que decidió correr del lugar con su familia.
“Tuve que reventar las puertas de mi casa para sacar a mi suegra, que se desmayó por ser diabética e hipertensa y junto con mi esposa la cargamos y huimos del sitio. También ayudamos a una vecina que se encontraba atrapada”, expreso Valcasa.
Con la asistencia de otros voluntarios y bomberos forestales, logró llegar a un sitio seguro. Sin embargo, desde lo alto vio como el voraz torrente arrastró su patrimonio y el trabajo de toda una vida.
“Fueron momentos muy duros para nosotros, el consuelo era que estábamos juntos y vivos”.
Hasta el día de hoy, la familia de ocho personas, ha tenido que permanecer en la sede de los Tragahumo de Palmarito, con la esperanza de que algún día el gobierno regional por fin pueda darle solución a su problema de vivienda. “La fe es lo último que se pierde”, expresó con tristeza.
Solidaridad
Una de las personas que se solidarizó con los afectados y les brindó su ayuda fue Henry Griman, un voluntario del equipo eco senderista de la manada UNTE.
Contó que al llegar a El Castaño, se consiguió con la situación de emergencia y se comunicó con sus compañeros. Decidió subir a pie a la zona del desastre, donde se encontró con otros voluntarios y rescatistas.
Con la ayuda de los Bomberos Forestales, los guardaparques, Protección Civil y el helicóptero del Servicio de Atención Aérea, lograron evacuar a varias personas que estaban atrapadas en los techos de las casas.
Indicó que las principales acciones que realizaron en las primeras horas fue llevar medicamentos, comida y líquidos de hidratación que se entregaron a los afectados y socorristas.
“El trabajo fue duro, caminar entre el barro y los escombros y cavar para poder extraer a las personas atrapadas es una labor peligrosa y extenuante”, enfatizó.
Expresó su admiración por el valor humano del venezolano, que se une en momentos de crisis y catástrofe.
UN PANORAMA DESOLADOR
Roger Daniel Magallanes Mayora, sargento segundo de los Bomberos Forestales de Aragua, tiene familiares que viven en Palmarito y perdieron sus casas por el evento natural. El funcionario bomberil relató lo que fue su experiencia al llegar al lugar de la tragedia y cómo ha sido la situación de su familia y de los demás afectados a un año del suceso.
Dijo que recibió la alarma a las 3:00 de la tarde, cuando escuchó el ruido fuerte que venía de la parte alta de la montaña de Palmarito. Al tener familiares en la zona, le hicieron el llamado para que acudiera a auxiliarlos.
Con su moto logró llegar al sitio, se encontró con un panorama desolador: casas destruidas, calles anegadas, personas desesperadas. Por lo que comenzó a inspeccionar la zona y organizar a los afectados para que el helicóptero realizara los traslados.
“Conseguir a mi familia sana y salva fue un gran alivio. Aunque habíamos perdido todo, lo importante al final es la vida”.