*** No aborda las deficiencias estructurales, como la falta de infraestructura adecuada, la escasez de docentes y los bajos salarios***
Rodolfo Gamarra
Yelitze Santaella, ministra de Educación, informó el pasado miércoles que se ha dado una reforma masiva en la nomenclatura de 6.415 planteles, como parte del “Plan de Modificación de Epónimo desde la descolonización”.
Al respecto, Richard Rivas, presidente del Colegio de Profesores del estado Aragua, expresó preocupación por los verdaderos problemas que enfrenta el sistema educativo venezolano. Según Rivas, el cambio de nombres no aborda las deficiencias estructurales, como la falta de infraestructura adecuada, la escasez de docentes y los bajos salarios.
Argumentó que la participación comunitaria debería haber sido un componente central en el proceso de cambio de nomenclaturas. “Este sería un reflejo de la democracia participativa establecida en la Constitución del país”.
Exhortó a una reflexión más profunda sobre las prioridades del sistema educativo y solicitó que cualquier reforma futura involucre a las comunidades locales.
“La implicación de los consejos comunales, así como de los padres y representantes en la escuela, es fundamental para garantizar que los cambios sean democráticos y significativos”.
Por su parte, Carlos Trapani, coordinador general de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), consideró que cambiar nombres a los colegios no tiene impacto en la formación de calidad para niños, niñas y adolescentes del país.
“Un cambio de nombre no es la prioridad para muchos estudiantes y docentes. Desde una lógica de derechos de la niñez, limitarse al cambio de nombre es insuficiente sino se acompaña con un cambio de política educativa”, escribió Trapani en su cuenta de la red social X, antes Twitter.