|| Rodolfo Gamarra || Foto: Rodolfo Gamarra
Cavas, congeladores y aires acondicionados son los primeros en la lista de bajas y los más costosos a la hora de reparar o sustituir
Desde el pasado mes de febrero se agudizaron las fallas eléctricas en gran parte del país. De las variaciones de voltaje que se registraron durante 2023, se comenzó el nuevo año con interrupciones del servicio de tres horas y, de un tiempo hasta la fecha, los cortes son de más de cuatro horas, dos o más veces en menos de 24 horas.
Sin información oficial, el problema afecta con más fuerza los locales que trabajan con mercancía que requiere refrigeración como heladerías, carnicerías y charcuterías. Cavas, congeladores y aires acondicionados son los primeros en la lista de bajas y los más costosos a la hora de reparar o sustituir, de ser necesario.
Laura Pereira, encargada de una carnicería en el municipio Mario Briceño Iragorry en el estado Aragua, contó a El Periodiquito que el pasado martes en la noche “hubo un bajón de luz” en la zona y al día siguiente se encontró con el motor de la cava cuarto dañado. Para repararlo tuvo que disponer de 800 dólares, “que no estaban entre los egresos presupuestados”.
“La luz se va varias veces al día. En seis meses he tenido que cambiar en tres ocasiones el motor de la cava cuarto”, dijo esta comerciante, al considerar que lejos de mejorar la situación “empeora cada día”.
Daniela Rivero, encargada de una heladería, señaló, que desde que comenzaron los apagones, se dañan de forma continua los congeladores y las máquinas expendedoras.
De la misma manera, los puntos dejan de funcionar y el sistema, lo que impide concretar las ventas. “Si la luz se va por muchas horas, los barquillones y las paletas se derriten y se pierden”.
Reveló que en un día se pueden dañar unas 400 unidades de helado, lo que en pérdidas se traduce en unos 400 dólares.
Por su parte, Wilfredo Pérez, encargado de un local de charcutería en La Coromoto, comentó que cuentan con una planta de energía, por lo que no se les daña la mercancía y pueden mantener el negocio a flote, por unas horas. “Buscamos soluciones para no dejar de trabajar ni permitir que se estropeen los productos”.
Pérez se unió a las peticiones de parte de la ciudadanía, enfocadas en dar a conocer cronogramas de racionamientos, a fin de lograr mayor organización y evitar el impacto de la situación del servicio en el país.