|| Rodolfo Gamarra
Esta situación ha llevado a una especie de privatización informal de algunos servicios, donde los ciudadanos pagan un costo mucho más alto que las tarifas regulares
En una reciente investigación realizada por Monitor Ciudad, su gerente, Jesús Vásquez, reveló datos sobre la percepción de los ciudadanos venezolanos respecto a los servicios públicos. Según el estudio, 70% de los consultados calificó el servicio eléctrico como “muy malo”, lo que lo situó en el peor valorado entre los que se incluyen agua, luz y gas.
Vásquez destacó que el gas recibió una mejor apreciación en las comunidades, ya que la población está dispuesta a pagar por las bombonas necesarias para cocinar. Asimismo, se mencionó que 71% de los venezolanos abastecen combustible a través del esquema de precio internacional.
El debate sobre la participación del sector privado en la gestión de los servicios públicos ha cobrado relevancia. Vázquez hizo hincapié en la importancia de analizar este tema de forma imparcial, “ya que la crisis en los servicios afecta a todas las personas, sin distinción política o ideológica”.
El estudio elaborado por Monitor Ciudad y Ciudadanía sin Límites, reveló que los usuarios han debido adaptarse a las deficiencias en los servicios públicos. Muchas veces buscan soluciones por cuenta propia o adquirieren equipos para garantizar su bienestar.
“Esta situación ha llevado a una especie de privatización informal de algunos servicios, donde los ciudadanos pagan un costo mucho más alto que las tarifas regulares”, destacó Vásquez.
En el caso específico del servicio eléctrico, se evidenció que el impacto de los constantes cortes o fallas y apagones, recae de forma directa en el bolsillo de la población. El sondeo reveló que 40% de los encuestados reportaron daños en electrodomésticos.
Este deterioro en el suministro de electricidad tiene repercusiones significativas, no sólo en el bienestar diario de los ciudadanos, sino también en su capacidad productiva.
Por otro lado, el servicio de gas fue señalado como uno de los mejor valorados, en especial en lo que respecta al suministro de cilindros. Sin embargo, se destacó que solo el 10% de la población nacional recibe de forma directa el gas, mientras que el resto depende de bombonas individuales o comunales, lo que representa un desafío en términos de distribución equitativa y costos accesibles para todos.
Según Vásquez, la participación, tanto del sector público como del privado, en la búsqueda de soluciones sostenibles, se presenta como un desafío crucial, para garantizar un acceso equitativo a servicios esenciales para toda la población.
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