|| Rodolfo Gamarra
La exposición prolongada a la luz azul ha sido identificada como un factor significativo en el desarrollo de trastornos visuales
En las últimas dos décadas, la popularización de los teléfonos celulares, computadoras, tabletas y otros dispositivos electrónicos, ha generado un aumento alarmante de los casos de miopía, en especial en niños y adolescentes.
Esta tendencia se ha convertido en un problema de salud pública asociado con el campo psicológico, físico y el visual, que requiere atención urgente por parte de la comunidad médica, padres y las autoridades competentes.
El optometrista Edwin Delgado destacó la “preocupante” situación que se ha observado desde los primeros años del siglo XXI. “Cada vez más niños presentan problemas visuales como miopía y astigmatismo desde edades muy tempranas, atribuidos en gran medida al uso frecuente de dispositivos electrónicos que emiten luz azul”.
LAS CONSECUENCIAS
La exposición prolongada a la luz azul ha sido identificada como un factor significativo en el desarrollo de trastornos visuales, lo que subraya la importancia de adoptar medidas preventivas y educativas.
Las luces azules que irradian los teléfonos, computadoras, televisores y luces LED, afectan de manera negativa la calidad visual a largo plazo, lo que contribuye al incremento de condiciones como cataratas y glaucomas en edades avanzadas.
“Es fundamental comprender los riesgos asociados con la exposición a esta luz artificial y cómo impacta en los niños, cuya vulnerabilidad visual es mayor debido a su etapa de desarrollo”, enfatizó Delgado.
Reseñó que el porcentaje de niños que nacen con patologías visuales preexistentes representa un desafío adicional. Se estima que entre el 10% y el 20% presentan estos problemas desde su nacimiento.
El optometrista destacó que identificar signos tempranos de dificultades visuales, como arrugar los ojos para enfocar o tropezarse con objetos cercanos, “es crucial para intervenir a tiempo y prevenir posibles complicaciones a futuro”.
LA PREVENCIÓN
La prevención juega un papel clave en la promoción de una salud visual adecuada en la infancia y la adolescencia. Ante esto, Delgado recomendó regular el tiempo de exposición frente a las pantallas, implementar períodos de descanso y establecer rutinas de sueño saludables que limiten la exposición a dispositivos electrónicos antes de dormir.
Los controles oftalmológicos periódicos, desde los dos años de edad en adelante, son fundamentales para detectar y tratar afecciones visuales en etapas tempranas.
Los avances en tecnología óptica han permitido el desarrollo de cristales con tratamientos que protegen los ojos de la luz azul perjudicial, y que brindan una capa adicional de seguridad para los usuarios, en especial a los más jóvenes.
“La educación, tanto para padres como a niños, sobre el uso responsable de la tecnología y las precauciones necesarias para cuidar la vista se vuelve esencial en una sociedad cada vez más digitalizada”, destacó Delgado.
EL DATO
El ojo humano es muy bueno en bloquear la luz UV; menos del 1% de esta llega a la retina, incluso sin usar lentes de sol. No obstante, casi toda la luz azul a la que nos exponemos logra pasar a la retina, lo que no era un problema cuando la única fuente de luz azul era la del sol, pero hoy en día tenemos alta exposición a la luz azul debido al uso de dispositivos digitales.
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