Redacción El Periodiquito
*** Desde el gremio médico en Aragua consideran que Venezuela está lejos de contar con este tipo de inmunización***
Cuatro años después de la crisis del COVID-19, América Latina vuelve a afrontar una nueva situación sanitaria: el dengue, de menor magnitud, extensión y peligrosidad que la pandemia, pero que pone en evidencia distintos problemas no resueltos y acumulados desde 2020.
El dengue suele ser más frecuente en las regiones tropicales y subtropicales. La mayoría de las personas que lo contraen son asintomáticas y mejoran en una o dos semanas, sin embargo, en los casos más graves puede necesitarse atención hospitalaria o incluso puede ser mortal.
Este virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, supone un nuevo reto regional, como fue el SARS-CoV-2. Según un artículo publicado por la revista Nature, la situación empeorará en los próximos años y para 2039 la infección se extenderá a casi la totalidad de Brasil y México, los dos mayores países de América Latina.
La OPS indicó en su momento, que la incidencia acumulada hasta mayo de 2024 era de 776 casos por 100.000 habitantes, una cifra “muy superior a la de otros años”. De hecho, ha habido un incremento de 243%, en comparación al mismo período de 2023 y de 445% respecto al promedio de los últimos cinco años.
Según la OMS, en los cuatro primeros meses de 2024 registraron en todo el mundo dos millones de casos más que en todo 2023.
Aunque los países de la región hacen esfuerzos por frenar la incidencia, parece no ser suficiente. En la carrera por buscar solución, en octubre de 2023, la OMS recomendó el uso de la vacuna TAK-003, fabricada por la farmacéutica japonesa Takeda.
¿QUÉ PASA EN VENEZUELA?
Ramón Rubio, presidente del Colegio de Médicos del estado Aragua, indicó que los casos de este virus han aumentado, al menos 40%, en comparación al año anterior. “Es una realidad que está allí y lo vemos a diario en las consultas, tanto públicas como privadas”, acotó.
Señaló que en líneas generales todas las enfermedades infecciosas son susceptibles a prevenirse a través de las vacunas, como una de las formas de inmunización de defensa activa al introducir el virus para que el organismo produzca una reacción de defensa en contra de la enfermedad.
Sin embargo, no parece ser tan fácil encontrarla en el país, sólo algunas clínicas privadas la ofrecen, como el caso de un centro de vacunación en Caracas, donde informan a través de las redes sociales la disponibilidad, luego de ser incluida en el Calendario de la Sociedad Venezolana de Pediatría. El esquema se aplica en dos dosis, separadas con un intervalo de tres meses y cada inyección tiene un costo de $ 160.
Ante esta realidad, para Rubio es más factible orientar las políticas sanitarias hacia la prevención de tipo sanitaria y epidemiológica.
Mencionó que se debe disminuir la cantidad de zancudos y criaderos de larvas, en lo que es necesario que la colectividad se sume para evitar la reproducción del insecto.
Igualmente, resaltó la importancia de la acción gubernamental, a través de medidas de saneamiento ambiental y de parte de la población estar atenta a los signos de alarma.
“Fiebre por más de 48 a 72 horas, dolores en el abdomen o cabeza, decaimiento, náuseas, vómito y aparición de sangrados por cualquier parte del organismo, son señales que indican que se debe acudir al médico”, agregó.
En relación a la efectividad de la dosis inmunitaria, Rubio sostuvo que los estudios cuentan con la aprobación -a partir de 2024- de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la aplicación en la población.
No obstante, indicó que carece de difusión y extensión adecuada, entre otros aspectos, porque ningún gobierno, por lo menos latinoamericano, la suministra de forma gratuita.
“En algunas naciones lo hacen a partir de los cuatro hasta los 60 años de edad, pero en las consultas privadas, sobre todo médicos pediatras e infectólogos”, acotó.
En este sentido, el especialista aseveró que es costosa, pero no tiene el impacto adecuado por diversas razones, una es que se debe cubrir mínimo 85% y 90% de la población susceptible “y eso no está ocurriendo”.
EL DATO
La vacuna contra el dengue está contraindicada en personas inmunodeprimidas, así como en mujeres embarazadas y en período de lactancia.
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