|| David Marcano Duarte
Un descuido de los niveles de la presión, aunado a una alimentación poco saludable serían los factores que ponen en riesgo a más de 15% de los ciudadanos
Expertos advierten que lo peor que se le puede hacer a los riñones es mantener alta la presión arterial y los niveles de azúcar. Claudia Lobato, nefróloga, señaló que hay pacientes que tienen enfermedad renal grado 5 y presentan buena orina; sin embargo, sus riñones no funcionan bien.
“Las señales de alarma son pocos perceptibles, en general cuando el paciente se da cuenta es porque ya está avanzada”, indicó.
En este sentido, la profesional que labora en el servicio de Nefrología del Hospital Central de Maracay (HCM), señaló que al comienzo pueden presentarse síntomas como edemas en los miembros inferiores, cambios de las características de la orina, además de cansancio y fatiga.
“En ocasiones a través de una hematología se observa un descenso de la hemoglobina y no se toma en cuenta, pero a veces guarda relación”, dijo.
En cuanto al incremento que hay actualmente de esta enfermedad, explicó que una de las causas es el estilo de vida que lleva la mayoría de las personas.
“Ahorita es mucho más sedentario, hábitos alimenticios no adecuados con alta presencia de conservantes, enlatados y embutidos, lo que traduce en desorden desde el punto de vista alimenticio que genera de alguna manera el deterioro de la función renal”, agregó.
“Cuando vemos las estadísticas hay mucho aumento de los pacientes con diabetes y con obesidad lo cual traduce a largo plazo a un paciente con deficiencia renal”, expuso.
LLAMADO DE ATENCIÓN
Sobre el tema, Jhoselyn Betancourt, médica nefróloga, hizo un llamado de atención a la colectividad dado que en las consultas de médicos internistas y de su especialidad, han observado la prevalencia de esta enfermedad en grado crónico, razón de peso para ser considerada un problema global de salud pública a escala mundial del que no escapa Latinoamérica.
Sugirió que, debido a la cifra de mortalidad y altos costos asociados a esta patología, las autoridades de salud deberían elaborar proyecciones de crecimiento en los próximos años, con la intención de prevenir todas las complicaciones que genera cubrirlas económicamente, sobre todo en pacientes en estado avanzado, que requieren terapias sustitutivas renal, hemodiálisis o diálisis peritonial.
Como factores de riesgo mencionó que además de la diabetes y la hipertensión arterial, la genera el tabaquismo, la raza negra, así como tener antecedentes familiares con enfermedad renal de cualquier tipo.
Destacó que un aspecto que llama la atención de los nefrólogos es que en las consultas hacen diagnóstico de esta patología de forma tardía, tomando en cuenta que tiene cinco grados y la mayoría está en el punto máximo.
“Es importante acudir a la consulta cuando hay la sospecha de sufrir la enfermedad renal, que se detecta cuando el proceso de filtrado biomolecular está por debajo de 60 mililitros por segundo por un tiempo de tres meses”, dijo.
Sostuvo que la mejor forma de prevenir este tipo de enfermedad, que se ha convertido en silenciosa y prevalente con el pasar de los años, es controlando la hipertensión arterial y la diabetes.
“Existen muchas terapias farmacológicas para ambas patologías basadas en estudios de nefroprotectores, en las que los nefrólogos están en capacidad de aplicar el ISGTL2, considerado el más importante en el país”, agregó.
Entre los alimentos causantes mencionó los ricos en sodio, colorantes Nº 5 y preservantes que hacen que el riñón se deteriore, presentes en fideos instantáneos, dulces con colorantes artificiales, pollo frito, pan comercial, gaseosas y cereales comerciales.
En cuanto al valor de una consulta con un nefrólogo, Lobato mencionó que depende el lugar están a partir de $ 25 en adelante. No obstante, destacó que hay accesibilidad a las consultas gratuitas en el HCM y en los centros dependientes del Seguro Social en la entidad.
PORCENTAJE PARA EVALUAR
De acuerdo a lo explicado por José Andrés Escalona, presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología, la población debe prevenir enfermedades renales porque estiman que hasta 15% de los venezolanos las padecen de manera crónica.
Resaltó que ese promedio de impacto es alto, considerando que se superan los 3 millones de pacientes y suele ser más frecuente en países de escasos recursos o con dificultad de respuesta desde centros asistenciales públicos.
Enfatizó que desde la SVN advierten que dada la alta incidencia del síndrome cardiorenometabólico, se merece tomar en cuenta la combinación peligrosa que agrupa los riesgos por obesidad, hipertensión arterial, diabetes y problema cardiovasculares, que afectan a niños y adultos.
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