Rodolfo Gamarra
***Su importancia es vital en el campo del estudio científico de insectos y arácnidos, esenciales para procesos como la polinización y la gestión de plagas que pueden afectar la producción agrícola nacional
El Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez (MIZA) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), ubicado en el campus Maracay, es una institución única en el país y una de las pocas en Latinoamérica.
Su importancia es vital en el campo del estudio científico de insectos y arácnidos, esenciales para procesos como la polinización, el control de vectores de enfermedades y la gestión de plagas que pueden afectar la producción agrícola nacional.
A pesar de su relevancia, el museo enfrenta en la actualidad, una severa crisis presupuestaria. La falta de financiamiento ha llevado a que colaboradores y amigos de la institución donen desde bombillos hasta productos de limpieza para mantener las operaciones básicas.
Sin embargo, gracias al esfuerzo incansable de su director, José Alejandro Clavijo, y su dedicado equipo, este patrimonio nacional sigue en funcionamiento.
En estos espacios realizan de martes a domingos visitas guiadas para instituciones públicas y privadas, exposiciones de arte y muchas actividades más, donde se pide una colaboración no obligatoria. “Al final siempre se atiende al público con contribución o sin ella”.
Entre las necesidades más apremiantes se encuentra la reparación del sistema de aire acondicionado, vital para la conservación de las especies y la comodidad de los visitantes.
UN POCO DE HISTORIA
El recinto, inaugurado en 1948, alberga más de 3,5 millones de ejemplares, convirtiéndose en la colección más grande y completa de Venezuela y una de las cuatro más importantes de Sudamérica.
“Este museo comenzó en el año 1948, cuando la Facultad de Agronomía de la UCV todavía estaba en el valle de Caracas. Al mudarse a Maracay, arrancó el museo. Para este momento tenemos más de 3,5 millones de ejemplares”, explicó Clavijo Alberto al equipo de El Periodiquito.
El fundador, Francisco Fernández Yépez, fue el primer profesor venezolano de entomología y en su honor la institución lleva su nombre.
“Nosotros cubrimos todas las áreas de la entomología, la ciencia que estudia los insectos, tenemos unas colecciones muy importantes de escarabajos, mariposas, polillas, langostones, saltamontes, muy grandes, algunas de ellas son de las más importantes del mundo”, añadió el director.
Centro de Investigación
El museo no solo es un centro de exhibición, sino también un laboratorio de investigación de renombre. Los estudios realizados en estos espacios han contribuido de manera significativa, al conocimiento y manejo de la biodiversidad en Venezuela y más allá. Sin embargo, “la falta de recursos amenaza con frenar estos avances”, destacó Clavijo.
La comunidad científica y el público en general han manifestado su apoyo al museo, pero se necesita una solución a largo plazo.
“Es crucial que las autoridades y la sociedad reconozcan la importancia de este lugar y proporcionen el apoyo necesario para su sostenibilidad”, enfatizó.
PASIÓN Y COMPROMISO
En medio de la adversidad, el equipo del museo sigue adelante con determinación. La pasión por la ciencia y el compromiso con la conservación de la biodiversidad, son los motores que impulsan a este grupo de profesionales a superar los desafíos diarios.
“A pesar de todo, seguimos aquí, trabajando por el futuro de la biodiversidad nacional y por el legado científico de nuestro país”.
*EL DATO*
El Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez es un faro de conocimiento y preservación en Venezuela. Su continuidad depende del apoyo y reconocimiento de su invaluable contribución al país y al mundo.
Fotos: Rodolfo Gamarra / José Hartman