|| Rodolfo Gamarra
**Las universidades nacionales emergen como actores claves en la investigación y desarrollo de las potencialidades energéticas del país**
En un contexto mundial marcado por la transición hacia fuentes de energía más sostenibles, Venezuela como país petrolero por excelencia, enfrenta desafíos significativos en este ámbito.
Aida Elena Smith, directora de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y del Centro de Desarrollo de Energías Renovables en la Universidad Metropolitana, destacó el rol fundamental de las instituciones educativas en explorar las oportunidades que ofrece este cambio de era en términos energéticos.
Smith resaltó la necesidad de mantenernos a la vanguardia de las energías renovables, con un enfoque claro en la investigación y aplicación de soluciones adaptadas al entorno venezolano.
La creación de un laboratorio de energías renovables y la inclusión de estas temáticas en el currículo académico, son parte del esfuerzo por formar a futuros profesionales conscientes de la importancia de este nuevo escenario.
A través de la creación del centro Renova, se llevan a cabo investigaciones en diversas áreas, desde baterías más limpias hasta paneles solares y fuentes eólica.
La especialista en el área resaltó que el objetivo es encontrar soluciones eficaces y adaptadas a las condiciones económicas y ambientales del país, así como concienciar a la población sobre la relevancia de un uso más sostenible de la energía.
Destacó que el trabajo no solo se debe limitar al ámbito académico, sino que hay que buscar involucrar a la sociedad en su conjunto.
LA TRANSICIÓN
La metamorfosis energética se vislumbra como una oportunidad crucial para Venezuela, que tiene suficientes reservas de hidrocarburos y un potencial sin explotar en energías renovables.
Según Smith, esta sería la oportunidad para diversificar las fuentes de energía, que en la actualidad dependen exclusivamente del petróleo.
El país puede sacar provecho de esta transformación al apostar por una estrategia que combine la maximización eficiente de la producción de petróleo y gas, con la inversión en energías renovables como la hidroeléctrica, eólica y solar, destacan los expertos.
La recuperación de la infraestructura hidroeléctrica, que proporciona más de 70% de la energía del país y que se encuentra en la actualidad, según algunos especialistas, por debajo de 35% de producción, de reactivarse en toda su capacidad, podría posicionar a Venezuela como un referente en el escenario energético global.
Aprovechar las abundantes fuentes naturales de energía renovable y sumarse a la producción de hidrógeno verde y azul, permitiría diversificar la economía venezolana y crear nuevas oportunidades de negocio, empleo e innovación tecnológica.
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