|| Luis Chunga
***Católicos venezolanos celebran 315 años de la aparición de advocación mariana en San Mateo, estado Aragua
San Mateo, en el estado Aragua, es un pueblo de fe, en el que está construido el santuario en honor a la Virgen de Belén. La ermita marca el punto de reencuentro de generaciones propias y foráneas, porque fue en este lugar donde la divinidad se le apareció al indio Tomás José Purino y a su esposa Inés, en los años 1709, según está escrito en los libros.
Desde su aparición, esta advocación mariana ha sido nombrada patrona de Aragua, pero no fue sino hasta el año 2004 cuando el Gobierno regional decretó nombrarla el cuarto símbolo de la entidad.
Según el sacerdote Ángel Fernández, párroco de San Mateo, la virgen de Belén tiene real importancia para la comunidad aragüeña, al ser no solo la patrona religiosa de la entidad, sino el cuarto símbolo de una región caracterizada por el fervor.
“Significa sentirnos parte de que María, madre de Jesucristo, haya brotado de la tierra justamente en los valles aragüeños, con tierras fértiles, de agricultura próspera y hombres trabajadores”, aseguró.
Agregó que también simboliza el sentido de la importancia que tiene María en el clero, en medio de los sacerdotes” y del pueblo creyente.
Finalmente, el párroco de San Mateo afirmó que “lo que se busca, es acrecentar esa identidad de la ciudadanía con la madre de Dios”.
CUENTA LA LEYENDA
Corría el año de 1709, bañaban los rayos del sol de noviembre en torrentes de luz los montes de Pipe, ondulando los ricos cañaverales del valle del Aragua.
El pueblo contaba con solo humildes y pajizas chozas, regadas sin orden ni armonía, en torno de la iglesia parroquial con su aspecto interior humilde. Muy cerca de la capilla, hombres humildes como Purino y su esposa, quienes quedaron sin palabras cuando, a golpes de hacha contra un tronco que cortaba en el patio interior de su humilde choza, apareció la virgen de Belén.
En esos momentos vieron emerger del suelo la pequeña imagen de la virgen sentada sobre una medialuna, sosteniendo al niño Dios en su regazo. Enseguida su hogar se llenó de gente y de fe católica, hasta el día de hoy en San Mateo durante cada 26 de noviembre, fecha de la festividad central en su honor.
