|| Rodolfo Gamarra
*** El país experimentó un crecimiento económico, aunque los ciudadanos no lo percibieron en sus ingresos**
La situación salarial en Venezuela es un tema central del debate público, sobre todo en los últimos años. Los trabajadores venezolanos enfrentaron una situación económica con un impacto signifi-cativo en su calidad de vida.
En este sentido, Raúl Maldonado, secretario general de Fetraragua, ofreció un panorama sobre este problema que afecta a cientos de trabajadores a escala nacional.
Según Maldonado, el país experimentó un crecimiento económico que los ciudadanos no lo percibieron en sus ingresos.
“No se planteó un incremento salarial sustancial para los trabajadores activos, jubilados y pensionados. Muchos adultos mayores recibieron un bono de guerra de 32 dólares mensuales y una pensión de 130 bolívares, montos que son insuficientes para cubrir sus necesidades”.
Explicó que el cambio de salario integral y básico por los bonos, ha generado confusión y malestar.
Maldonado aclaró que el bono de alimentación no forma parte del salario.
“En contraste, el bono de guerra para los trabajadores activos se integró al salario para el cálculo de prestaciones sociales”.
Maldonado destacó que el costo de la canasta básica alimentaria en Venezuela alcanza en estos momentos los 539,79 dólares para una familia de cinco personas.
“Este monto representó un aumento de 2.7% respecto al mes anterior y para cubrirlo se necesitan un aproximado de 182.69 salarios mínimos”. El salario mínimo se ubicó en 130 bolívares, equivalentes a 3.54 dólares.
Maldonado señaló que los analistas del Estado recibieron de parte del gremio, investigaciones que demostraron la posibilidad de garantizar un salario inicial de 200 dólares.
“Esta propuesta, revisable cada tres meses, se realizó para frenar el índice inflacionario. Sin embargo, el Estado no concretó estas acciones y solo hubo anuncios sin impacto real”.
Resaltó que la Constitución venezolana establece un salario digno que garantice condiciones de vida adecuadas, “pero esto no se cumple”.
Enfatizó que esta realidad, aunada a las “paupérrimas condiciones económicas”, perjudica a los trabajadores.
Maldonado insistió en que dialogaron con funcionarios del Estado y empresarios para buscar so-luciones, de quienes aún esperan respuestas.
Reveló que en este mismo orden, el sector privado y las organizaciones sindicales negociaron acuerdos con los empleadores.
“Empresas reconocieron la importancia de un salario justo para generar productividad. El aparato productivo del país se redujo entre 15% y 20% de operatividad, y muchos empleados públicos optaron por el sector privado en búsqueda de mejores ingresos”.
Desde Fetraragua, Maldonado reafirmó su compromiso con la lucha por los derechos laborales, al mantener las puertas abiertas para escuchar a los trabajadores.
Se comprometió a realizar protestas pacíficas dentro del marco de la Constitución para defender los intereses de los trabajadores de los sectores público y privado.
