|| José R Carpio G
***La cuenca de este embalse se encuentra localizada entre los estados Aragua y Carabobo, con una superficie de 350 Km²
Un proceso natural, agravado por la mala calidad del agua del lago Los Tacarigua o lago de Valencia, estaría detrás de la muerte de peces que alarma a comunidades de Carabobo desde el pasado 13 de junio.
Este fenómeno fue reportado por residentes de la isla La Culebra, ubicada en el municipio Los Guayos, en el estado Carabobo, en las cercanías de las zonas de Carlos Arvelo y Guacara.
Jacobo Vidarte, experto en rescate y en fauna, explicó que la disminución de la vida lacustre puede deberse a diversas causas, entre ellas el enriquecimiento de los cuerpos de agua con nutrientes disueltos, como los fosfatos, que fomentan el crecimiento excesivo de vegetación acuática.
Este proceso, conocido como eutrofización, puede llevar al agotamiento del oxígeno disuelto en el agua.
Vidarte también señaló que la falta de corrientes profundas en el lago contribuye a que el oxígeno se concentre en las capas superficiales, y que la entrada de agua de lluvia y ríos pueda agitar los sedimentos, “lo que podría resultar en una disminución de oxígeno en el lago”.
Además, el especialista sugirió que los olores desagradables percibidos en algunas áreas de Maracay y Valencia podrían estar relacionados con esta situación.
Sin embargo, Joana Sánchez, gobernadora del estado Aragua, hace unos días firmó un comunicado en el que desmintió que los olores provinieran de este reservorio de agua o de prácticas de incineración incontroladas, tras realizar un análisis preliminar.
UN RESERVORIO SIN SALIDA
Ernesto González Rivas, biólogo y limnólogo (científico que estudia ecosistemas acuáticos), explicó que este tipo de episodios pueden ser frecuentes en sistemas como el lago de Valencia, considerado un ecosistema eutrófico, es decir, sobrecargado de nutrientes como nitrógeno y fósforo provenientes de aguas residuales domésticas, agrícolas e industriales.
“En estos lagos hay una alta productividad biológica. Las microalgas y cianobacterias hacen fotosíntesis y producen oxígeno en la superficie, pero en el fondo del lago se acumula materia orgánica que se descompone y consume ese oxígeno. Cuando el agua se mezcla por acción del viento, se homogenizan esas condiciones y el oxígeno disminuye en toda la columna de agua, provocando la muerte de peces por sofocación”.
El también profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que entre los meses de abril y noviembre los vientos en la región favorecen la mezcla total de las aguas del lago, proceso que iguala las condiciones del fondo con las de la superficie.
González señaló que este fenómeno no es nuevo. Fue documentado desde 1970 por la profesora Aída González Infante, en una publicación científica venezolana en la que ya se reportaban episodios similares de mortandad masiva de peces en el lago de Valencia, “con fotografías que evidenciaban lo que ocurre hoy: orillas cubiertas de peces muertos y malos olores en el ambiente”.