Claudio Bazzaro, presidente de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela (AIAG), destacó que el sector gráfico del país opera actualmente al 30% de su capacidad instalada. Esta situación es alarmante, ya que la industria se enfrenta a importantes desafíos debido a la falta de fábricas de materia prima e insumos, lo que obliga a importar estos recursos desde países como China, Tailandia e Indonesia.
Bazzaro enfatizó que esta dependencia del exterior genera costos adicionales: «Nosotros no somos competitivos en Venezuela. Lamentablemente, todo lo que se usa en la industria viene de afuera», comentó.
A pesar de que algunas empresas continúan activas, muchas otras están “prácticamente sin hacer nada”, lo que refleja una crisis latente en el sector.
A diferencia de lo que ocurre en otros países, en Venezuela, las imprentas rara vez cierran definitivamente, en caso de hacerlo, sus maquinarias suelen trasladarse a otros talleres, manteniendo así una capacidad de producción que, aunque limitada, no desaparece por completo.
Además, Bazzaro subrayó la importancia de la industria gráfica para sectores críticos como el alimentario y el farmacéutico.
La tecnología en el campo gráfico en Venezuela presenta deficiencias en comparación con otros países de la región: “Estamos unos pasos atrás”, aseveró, al poner de manifiesto la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y competitividad del sector para impulsar su desarrollo.
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