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domingo 24, agosto 2025
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La imprudencia vial genera accidentes en la avenida Universidad de El Limón

Según datos no oficiales, en los primeros cinco meses del 2025, Venezuela registró un promedio de una persona fallecida cada seis horas en accidentes de tránsito

||Rodolfo Gamarra

En las vías de Aragua, en especial en la avenida Universidad de MBI, casi a diario sucede algún incidente en el que se ven involucrados vehículos y peatones.

Las pasarelas se alzan como estructuras diseñadas para salvar vidas.  Sin embargo, su uso es escaso. Las personas prefieren cruzar por debajo, entre el tráfico acelerado de motorizados y vehículos, asumiendo riesgos, que, con el tiempo, se han normalizado.

Otro problema que viene a sumar peligro, en esta congestionada vialidad, es el cruce de motos y bicicletas a través de las islas, que han producido accidentes graves con pérdida de vidas, solo por la idea de querer acortar un `poco el camino.

Este comportamiento, además de aumentar las cifras de accidentes, refleja un problema más profundo:  la elección de la comodidad sobre la seguridad y la falta de conciencia personal en el espacio público.

La comodidad como enemiga de la seguridad

El poco uso de las pasarelas tiene múltiples causas. Para algunos, es una cuestión de tiempo: cruzar por la vía parece más rápido que subir y bajar escaleras. Para otros, especialmente adultos mayores o personas con movilidad reducida, el esfuerzo físico es un obstáculo. Pero, como señala Jacobo Vidarte, experto en seguridad vial, el problema central es cultural.

 «Lo bueno es siempre bueno, aunque se haga poco, lo malo es malo, aunque parezca costumbre», afirmó.

Esta normalización de conductas peligrosas tiene consecuencias graves. Según datos no oficiales citados por Vidarte, en los primeros cinco meses de 2025, Venezuela registró un promedio de una persona fallecida cada seis horas en accidentes de tránsito.

La mayoría de las víctimas no superaba los 35 años, lo que representa una pérdida significativa para la sociedad en términos productivos y humanos.

El factor humano: la principal causa de accidentes

Más del 95% de los accidentes viales en el mundo tienen origen antrópico, es decir, son provocados por acciones humanas.

Vidarte lo explicó: «Cruzar por debajo de una pasarela, exceder los límites de velocidad en zonas urbanas, ejecutar maniobras prohibidas o distraerse al volante son decisiones que, sumadas, crean un ecosistema vial peligroso».

En Aragua, este fenómeno es evidente. A pesar de que las pasarelas están diseñadas para proteger a los peatones, muchos optan por atravesar las avenidas de manera improvisada, incluso cuando los vehículos circulan a velocidades prohibidas.

Motorizados por ahorrarse, unos pocos metros de rodada cruzan sobre las islas. «El peor problema en seguridad es normalizar lo inadecuado. Que algo sea frecuente no lo hace correcto», insistió Vidarte.

Infraestructura y conciencia: soluciones pendientes

Para incentivar el uso de las pasarelas, expertos y autoridades proponen mejoras en su diseño, como la instalación de rampas para personas con discapacidad o adultos mayores, y una mejor iluminación y mantenimiento constante.

Sin embargo, también destacan la necesidad de campañas educativas que promuevan la responsabilidad individual.

Jacobo Vidarte enfatizó que la integridad personal es clave. «Actuar de manera correcta, sin importar, lo que hagan los demás, genera un efecto dominó positivo».

Si los peatones eligieran la pasarela en lugar de arriesgarse, y si cada conductor respetara los límites de velocidad, las estadísticas de accidentes disminuirían.

Una responsabilidad compartida

La seguridad vial no es solo tarea del Estado. Mientras las autoridades deben garantizar infraestructura adecuada, los ciudadanos tienen el deber de usarla de forma correcta. «La ética personal se demuestra cuando hacemos lo debido, incluso si nadie nos ve», concluyó Vidarte.

En un país donde los accidentes de tránsito cobran vidas jóvenes, con frecuencia alarmante, cambiar hábitos y priorizar la seguridad sobre la comodidad podría marcar la diferencia. Las pasarelas están ahí para proteger, pero solo funcionan si se usan. La decisión, al final, es individual.

Personas por ahorrase tiempo ponen en riesgo sus vidas y las de sus familiares

 

 

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