|| Rodolfo Gamarra
***Según los expertos, la medida incrementa los gastos operativos, reduce los márgenes de ganancia y afecta de forma negativa la rentabilidad de las compañías**
Hace unas semanas el gobierno de Estados Unidos decidió suspender la exportación de ciertas tecnologías a Venezuela, medida que forma parte de una estrategia más amplia para proteger su «seguridad económica y nacional», además de preservar sus infraestructuras y tecnología más sensibles como la IA, los semiconductores y avances en la biotecnología.
Mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, se restringe el acceso a tecnologías avanzadas, como semiconductores y sistemas de inteligencia artificial a países considerados «adversarios extranjeros», entre los que se incluye Venezuela junto a Cuba, Irán, Rusia y China.
Esta decisión tiene un impacto directo en sectores críticos de la economía venezolana, en especial en el ámbito energético. Según Jean Piero Mora, presidente del Colegio de Ingenieros del estado Aragua, la falta de acceso a tecnologías claves “afectará la capacidad del país para mantener su infraestructura petrolera, lo que agrava los desafíos económicos y limita la disponibilidad de recursos para la población”.
Las restricciones impuestas por EE UU también afectan al sector privado venezolano. Mora señaló que las empresas enfrentan dificultades para modernizar sus operaciones y mantener la competi-tividad en mercados internacionales.
“Industrias como la manufactura, las telecomunicaciones y las finanzas se ven perjudicadas, ya que la falta de acceso a software, maquinaria y equipos avanzados limita su capacidad de innovación y eficiencia operativa”.
Además, resaltó que las empresas se ven obligadas a buscar proveedores alternativos, a menudo en mercados menos desarrollados o con costos más elevados. Esto incrementa los gastos operativos y reduce los márgenes de ganancia, “lo que afecta negativamente la rentabilidad de las compañías”
Las restricciones también generan problemas en las cadenas de suministro. Empresas que dependen de componentes o repuestos estadounidenses enfrentan interrupciones que pueden paralizar la producción.
Según Mora, esto no sólo afecta la productividad, sino que también puede llevar a la pérdida de empleos y disminuir la confianza de los inversionistas en el mercado venezolano.
En el sector financiero, la falta de sistemas seguros y actualizados expone a las instituciones a riesgos cibernéticos y limita su capacidad para ofrecer servicios modernos a los clientes. Esta situación dificulta la adopción de nuevas prácticas y estándares globales, lo que coloca a Venezuela en una posición de desventaja frente a otros países.
ALTERNATIVAS INTERNACIONALES
Ante estas limitaciones, Venezuela explora acuerdos con otras naciones para acceder a tecnologías alternativas. Según Mora, algunas empresas ya han comenzado a establecer alianzas con naciones como China, Rusia e India.
Sin embargo, según Mora estas soluciones no siempre ofrecen el mismo nivel de calidad o eficien-cia que las tecnologías estadounidenses, lo que podría prolongar los desafíos económicos y tecno-lógicos del país.
“Aunque el país busca alternativas, la falta de acceso a tecnologías avanzadas podría tener conse-cuencias a largo plazo en su capacidad para competir en el escenario global y mejorar las condicio-nes de vida de su población”.
Para otros expertos, con esta medida, EE UU se aleja más de América Latina y deja la puerta abierta para otros prestadores del servicio como Rusia y China.
Fotos: Cortesía
