|| Redacción El Periodiquito / Fotos Cortesía
El alcalde de Girardot aseguró que trabajan en un plan integral en protección de todas las familias vulnerados
De los sectores afectados el pasado 17 de octubre por la crecida del río Palmarito, al norte de Maracay, están Ojo de Agua y Corozal, comunidades que han sido atendidas por las autoridades.
Rafael Morales, alcalde de Girardot, junto a su equipo de gobierno y el G/D César Febres Cabello, autoridad única para la rehabilitación de El Castaño, recorren las comunidades a diario, para constatar y dirigir los trabajos de remoción de escombro y recuperación de algunas viviendas.
A través de sus redes sociales, Morales informó que llevaron atención social a las familias de Ojo de Agua. “Estamos abocados en cuerpo y alma en atender cada necesidad”.
Es por ello que el Instituto de Gestión Social y demás organismos integrados al área social, se encuentran activos en diferentes comunidades de El Castaño para brindar atención integral, en visita casa a casa, reportando múltiples casos.
En días pasados, el líder municipal inspeccionó las afectaciones ocurridas en este sector de Ojo de Agua, se reunió con los habitantes de la comunidad y con las 12 familias perjudicadas por el evento natural, al tiempo que instaló un Puesto de Atención para la recepción de casos, denuncias y solicitudes, darle la máxima respuesta o solución inmediata a los residentes.
Asimismo, junto a la propia comunidad ha garantizado la protección de las familias afectadas, lo que ha permitido la activación de jornadas de vacunación, atención médica, dotación de medicamentos y ayudas técnicas, entrega de alimentos, proteicos y productos de higiene personal.
Morales destacó que avanzan “con mucha prudencia con todas las orientaciones técnicas para un trabajo de calidad. Estamos consolidando sectores”, dijo el burgomaestre desde el callejón Los Tanques en Ojo de Agua.
“Tenemos todas las maquinarias necesarias para solventar las diversas afectaciones”.
Más tarde, Morales recorrió las calles de Corozal, donde a principios de esta semana vivieron momentos de tensión tras la crecida de las aguas del dique.
En esa oportunidad más de 20 familias fueron desalojadas, como medida de protección y alerta temprana.