|| Rodolfo Gamarra | Fotos. Rodolfo Gamarra
Las e-bikes se posicionan entre las más beneficiosas para personas con problemas de salud, como displasia de cadera o artrosis, ya que permiten ejercitar las piernas con menor impacto
En los últimos años, las bicicletas eléctricas han ganado popularidad en Venezuela, impulsadas por la necesidad de alternativas de transporte y la creciente demanda de opciones recreativas y deportivas. Sin embargo, este mercado no está exento de confusiones y desafíos, en especial en lo que respecta a la regulación y la distinción entre los diferentes tipos de vehículos eléctricos.
Daniel Alvarado, jefe de servicio técnico en «La Boutique del Ciclista», ofreció una visión detallada sobre este fenómeno y destacó las diferencias entre las «bicimotos eléctricas» y las verdaderas bicicletas eléctricas.
Uno de los puntos más relevantes para Alvarado es la clara diferencia entre las «bicimotos eléctricas» y las e-bikes. Según el experto, las primeras, como las marcas Ralvio y Bera, no cumplen con los estándares para ser consideradas bicicletas eléctricas. Estas cuentan con un acelerador, ya sea de puño, guaya o botón, y pueden superar los 32 km/h sin necesidad de pedalear.
Alvarado citó las normativas internacionales y venezolanas que clasifican este tipo de vehículos como motos eléctricas o vehículos automotores asistidos, lo que requeriría homologación, placa, casco y licencia de primer grado.
Por otro lado, las e-bikes, utilizan un sistema de asistencia al pedaleo conocido como Pedalec. Estas bicis no tienen acelerador y solo proporcionan asistencia cuando el usuario pedalea. Además, están homologadas para asistir hasta un máximo de 32 km/h en territorio americano (25 km/h en Europa).
Si se supera esta velocidad, la asistencia eléctrica se detiene. «El sistema pedalec es de asistencia que no te empuja solo», refirió Alvarado, al destacar que este tipo de vehículos mantienen componentes tradicionales como cadena y pedales, pero con la adición de un motor y una batería.
VACÍO LEGAL
A pesar de las normativas internacionales, los expertos coinciden en que en Venezuela existe un vacío legal en la regulación de estos vehículos. Alvarado señaló que las bicimotos eléctricas circulan sin cumplir los requisitos que serían obligatorios si se aplicaran las leyes de tránsito correctamente. «Lo legal es tener casco, placa, certificado médico y licencia, pero aquí no lo aplican como deberían», afirmó.
Este aspecto ha permitido que se comercialicen y utilicen sin restricciones, lo que genera riesgos tanto para los usuarios como para otros actores viales. En contraste, las e-bikes sí cuentan con regulaciones específicas, especialmente en el ámbito competitivo.
Mientras que las bicimotos eléctricas tienen un precio asequible entre $ 500 y $ 1.000, las e-bikes con sistema pedalec tienen un costo mucho mayor, que va desde $ 3.500 y pueden llegar hasta $ 15.000.
Este alto precio las convierte en un producto dirigido a personas con un buen poder adquisitivo. «Principalmente, son personas que quieren disfrutar de la bicicleta más allá del esfuerzo que hacen en una regular», comentó Alvarado.
El público objetivo incluye ciclistas profesionales de enduro, aficionados al ciclismo de montaña y personas que buscan una alternativa recreativa con menor esfuerzo físico.
Además, las e-bikes han demostrado ser beneficiosas para personas con problemas de salud, como displasia de cadera o artrosis, ya que permiten ejercitar las piernas con menor impacto.
«El mejor ejercicio para esas condiciones es mover las piernas y una e-bike te permite hacerlo sin generar dolor».
ASPECTOS TÉCNICOS
Con la máxima asistencia, una batería de 625 Wh puede durar entre 90 y 100 Km, mientras que con la asistencia más baja puede alcanzar hasta 180 Km. El tiempo de carga promedio es de tres horas, aunque varía según el tipo de cargador y el voltaje utilizado.
El mantenimiento de las e-bikes es similar al de las bicicletas convencionales, con costos de servicio general que rondan los 35 dólares. Sin embargo, los motores y las baterías cuentan con garantías específicas, que pueden cubrir hasta 500 ciclos de carga o tres años, lo que depende del fabricante. «No se permite desarmar ni reparar los motores por normas de seguridad y política de las marcas», aclara Alvarado.
VENTAJAS Y DESVANTAJAS DE LAS BICIMOS
A pesar del alto precio de las bicicletas eléctricas, las motos o bicimotos eléctricas, no han logrado superar a las primeras en niveles de ventas, aunque son económicas, el mercado se encuentra restringido, en especial son compradas por padres para dárselas a sus hijos adolescentes.
Otros, tipos de triciclos, se comercializan adaptados para sillas de ruedas, lo que les permite a las personas con esta condición mejorar su movilidad.
Sin embargo, las motos y bicimotos eléctricas en el país, en su mayoría, no cuentan con respaldo técnico ni de repuestos, lo que ha limitado aún más su comercialización.
Algunos concesionarios han optado por traerlas a sus locales solo bajo encargo, para no tenerlas en reserva, “porque se venden muy poco” y requieren de una inversión “lenta de recuperar”, por lo que prefieren vender las motos convencionales.
TENDENCIAS DEL MERCADO
El mercado de las e-bikes en Venezuela experimentó un auge significativo durante la pandemia, con ventas récord en 2019 y 2020. Sin embargo, en los últimos años, la demanda ha disminuido debido a la recesión económica global. «En época de pandemia se vendían hasta 10 bicicletas semanales, pero ahora la cosa está más lenta», dijo Alvarado. A pesar de esto, el experto estimó que solo de la marca Trek se han vendido más de 1.000 unidades en el país desde 2020, lo que refleja una inversión considerable en este sector. |
EL DATO
Las bicicletas eléctricas son vehículos de cero emisiones en el punto de uso, lo que significa que no emiten gases de escape como los motores de combustión interna. Esto puede reducir significativamente la contaminación atmosférica, especialmente en zonas urbanas congestionadas.