|| Yirvis Vásquez
Reinaldo Olavarrieta, psicólogo clínico y terapeuta cognitivo-conductual, recomienda poner límites y cuidar el bienestar emocional
La sociedad actual gira en torno a una era digital llena de información, pero también de distracciones. La ansiedad es una de las consecuencias de este mundo hiperconectado, lo que para muchos se convierte en una vulneración a la privacidad o hasta en una angustia.
Al conversar con Reinaldo Olavarrieta, psicólogo clínico y terapeuta cognitivo-conductual, precisó que en un mundo donde la información fluye sin parar, es fácil sentirse abrumado y ansioso, por lo que recomienda poner límites y cuidar el bienestar emocional.
El especialista y también vicepresidente del Colegio de Psicólogos del estado Miranda, define la ansiedad como un miedo extenso ante una situación en específico, en la que se pueden crear sintomatologías físicas como la taquicardia, respiración agitada y cansancio.
“Es común sentir ansiedad en situaciones estresantes como hablar en público, hacer una actividad fuera de nuestra zona de confort, pero ¿cuándo se vuelve un trastorno? Cuando estos síntomas no solo se dan con una situación en específico, sino que se vuelven excesivos en todo momento y empiezan a interferir en la vida cotidiana”.
En este sentido, Olavarrieta señaló que en la era digital es común encontrarse con personas que presentan distintos factores de ansiedad, relacionados al uso excesivo de los dispositivos móviles.
Como ejemplo, situaciones en las que se agote la batería y eso active un cúmulo de sintomatologías de ansiedad. “Cualquiera se desespera en preguntar por un cargador o por un enchufe, a veces hasta sin conocer a la persona”.
El especialista también mencionó lo que puede llegar a sentirse cuando se es bloqueado en una red social o plataforma de mensajería, así como el hecho de “dejar en visto”.
“Tiende a ser un generador de ansiedad muy importante que si no se controla se convierte en un problema, que incluso es abordado en consulta y tiene una terminología en específico como la nomofobia”.
¿QUÉ ES LA NOMOFOBIA?
Olavarrieta manifestó que, aunque la nomofobia no está entre las patologías de trastornos de comportamiento, sí cuenta como una adicción.
“Es el uso desmedido del teléfono inteligente que las personas utilizan para todo, menos para hablar, lo más curioso es que esta dependencia lleva a un aislamiento social, ya que la relación con el exterior se hace de manera online”.
El psicólogo manifestó que se puede ver como hay relaciones virtuales o rompen a través de esta manera.
¿CÓMO RECONOCER?
- Constantemente miras el móvil.
- Te sumerges por horas y desplazas el sueño.
- No vas a ningún sitio donde no hay cobertura.
- No apagas el móvil.
- Buscas siempre un enchufe.
CONSECUENCIAS
La investigación actual demuestra que padecer de nomofobia puede conllevar a sufrir de otras circunstancias derivadas.
Por ejemplo, tener unos peores hábitos alimenticios, disminución del tiempo de descanso, aislamiento social, menor rendimiento, tanto en los estudios como en el trabajo y mayor distracción. También puede dar lugar a determinados problemas de salud.
Por ejemplo, se podría desarrollar el síndrome del túnel carpiano (presión excesiva en el nervio mediano de la muñeca que permite la sensibilidad y el movimiento a partes de la mano). Pero también otras afecciones mentales como la fobia social, hiperactividad o depresión.
Para evitar que este problema afecte el bienestar físico y mental, es necesario que desarrollar programas educativos desde edades tempranas que apuesten por el uso racional de los dispositivos móviles.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTOComo en todas las adicciones, la prevención es la clave. Existen algunas acciones sencillas para evitar que un uso excesivo de los teléfonos móviles genere una dependencia extrema o un trastorno mayor. Entre las más efectivas se encuentran las siguientes:
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LAS CIFRAS
Según los estudios:
+6,37 billones de celulares se manejan en el mundo.
89,9% de personas tienen un teléfono móvil en el planeta.