||César Méndez Campero
Los Tiburones de La Guaira quebraron la sequía de 38 años sin proclamarse campeones el pasado domingo. Un hecho trascendental para el club, su afición y para la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).
En distintas mediciones de opinión que se han realizado, pese a la larga sequía, los escualos se han mantenido como el tercer club con más seguidores en Venezuela detrás del Magallanes y el Caracas.
Son también el cuarto club con más coronas en el circuito, con ocho, superados por Caracas, Magallanes y Tigres.
La gesta que lograron Oswaldo Guillén y sus muchachos llenó de alegría al litoral central, al igual que en otras regiones del país donde esté equipo ganó adeptos desde la época de la famosa “Guerrilla” de los 80, como también de aquellos buenos equipos de los 60 y 70.
Este campeonato de los salados vino a refrescar la liga local
En las temporadas recientes hubo dominio por parte de Cardenales de Lara y Caribes de Anzoátegui, hasta que Magallanes, Caracas y La Guaira irrumpieron para quebrar ese duunvirato en los tres torneos más recientes.
Pero cuidado, que estos escualos amenazan con convertirse en la fuerza dominante de los próximos cursos en la LVBP. Fueron subcampeones en la 22-23 y regresaron ala final para coronarse en la 23-24, con evidente superioridad en las dos fases de la postemporada.
Igualmente, le haría enorme bien a la LVBP que los Bravos de Margarita emerjan como campeones pronto. Ya en el pasado curso dieron pasos firmes y concretos en esa dirección. Ojalá puedan regresar a su sede natural y logren conquistar su primera diadema nacional.
Está por verse.