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El esloveno Tadej Pogacar (UAE), que el jueves se había colocado líder de la clasificación general, reforzó su maillot amarillo en el Tour de Francia al ganar ayer la 7ª etapa, en la llegada de la Super Planche de Belles Filles, en el macizo de los Vosgos.
Pogacar, campeón de la ronda francesa en las dos anteriores ediciones, encadena una segunda victoria de etapa consecutiva en este Tour.
Ayer superó en la meta por poco al danés Jonas Vingegaard, en la primera llegada en montaña de este año.
El corredor esloveno tuvo que esforzarse a fondo para adelantar a Vingegaard en los últimos metros de la subida.
Dos años después de haber decidido el título del Tour de 2020 a su favor en una memorable contrarreloj, Pogacar volvió a triunfar en esta estación de montaña del este de Francia, que el 31 de julio acogerá la conclusión del Tour de Francia femenino.
“Tenía esta etapa desde hace tiempo en la cabeza, en realidad desde que se presentó el recorrido. Me la había fijado como un gran objetivo”, admitió Pogacar.
“Fue un día muy difícil, especialmente en la última ascensión. Jonas (Vingegaard) atacó muy fuerte, pero me dije que después del trabajo realizado por mis compañeros durante toda la jornada tenía que atacar hasta la línea de meta”, apuntó.
“Vingegaard es un gran escalador, uno de los mejores del mundo y puede que el mejor del momento. Por supuesto, será un rival para mí, tiene también un equipo muy fuerte, pero yo me siento bien. El Tour está lejos de estar terminado, hemos visto hoy que muchos corredores están muy fuertes”, sentenció.
Por su parte, Vingegaard dijo sentirse “contento” con el desarrollo de la etapa.
“Lo intenté en el final, pero Pogacar me superó a veinte metros de la línea y no pude responder. Estaba realmente cerca de la meta cuando me adelantó. Ha sido una llegada brutal. Espero ir mejor en las ascensiones más largas”, valoró el ciclista danés.