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Ronald Acuña Jr. regresó al lineup de los Bravos el miércoles y el jueves, luego de ausentarse durante tres juegos consecutivos. Sería inteligente de parte de la novena de Atlanta seguirle dando días de descanso al jardinero estelar en lo que resta de la temporada regular, dado que el venezolano aún padece molestias en la rodilla derecha.
¿Por qué sigue Acuña adolorido más de un año después de operarse para reparar un ligamento desgarrado en la rodilla derecha? No está claro, pero debatirlo no va a ayudar a los Bravos a ganar una segunda Serie Mundial en forma consecutiva. Pero darle a Acuña tiempo para recuperase sí los puede beneficiar.
Acuña ha demostrado que puede ser el jugador de Grandes Ligas más emocionante y lo demostró cuando salió de la lista de lesionados, ya que bateó .316 con seis jonrones y 11 bases robadas (en 14 intentos), a la vez que disputó 31 de 41 juegos de los bravos del 28 de abril al 11 de junio. Después de ese tramo, bateó .253 con cuatro bambinazos, OPS de .686 y 14 estafadas en 21 intentos, a la vez que disputó 60 de 79 partidos de los Bravos del 12 de junio al 28 de agosto.
Acuña ha dicho que la rodilla le molesta más a la hora de correr que a la hora de batear. Pero no se asemeja al mismo jugador que ha pasado los últimos años tratando de romper algún récord de Statcast a diario. La velocidad de salida de los batazos Acuña ha mermado de 93.8 millas por hora en el 2021 a 91.1 mph este año. A la vez, apenas el 12.8% de sus visitas al plato han resultado en barriles, comparado con el 20.3% en el 2021. Su índice de batazos duros también ha bajado del 54.8% al 50.6%.
Quizás tener por lo menos un día de descanso por la semana en lo que resta de la campaña regular le permitia a Acuña ser el mismo de siempre. Dejarlo jugar al mismo ritmo con la esperanza de que mejoraría no ha funcionado.
Por lo tanto, los Bravos simplemente tienen que cruzar los dedos y esperar que un poco más de descanso en septiembre le permita a Acuña estar al máximo en octubre.
