El apego es una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida en algún momento entre dos individuos, por medio de sus interacciones.
Especialistas señalan que en ocasiones el apego puede resultar nada favorable ya que las personas suelen crear vínculos afectivos muy fuertes entre ellas y esto puede llegar a dificultar el desenvolvimiento de éstas en la vida diaria.
¿Qué es el apego?
Es un vínculo emocional, es la relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecen los seres humanos.
Generalmente se caracteriza por ser una relación que es duradera en el tiempo, suele ser estable, relativamente consistente, y es permanente durante la mayor parte de la vida de una persona.
Desde la infancia, los seres humanos forman algún tipo de apego con sus padres y posteriormente con todas aquellas personas que empiezan a formar parte de su vida.
Sin embargo, puede llegar a ser perjudicial para las personas, te contamos cómo.
Apego emocional
Es todo aquel lazo afectivo que se desarrolla con otras personas debido a la convivencia y el vínculo, bien sean, familiares, amigos o parejas.
Cabe acotar que el apego emocional puede ser determinante en la personalidad del individuo, ya que cabe la posibilidad de desarrollar dependencia.
Y esto convertirse en un problema para quien lo padece y también para las demás personas.
Como bien señalamos, desde la infancia, los niños comienzan a desarrollarlo, principalmente cuando se crea el vínculo madre e hijo.
Justo allí se comienza a percibir que el niño se siente ansioso o nervioso cuando está con otras personas, sintiéndose tranquilo solo en compañía de su madre. Este es un indicio de la existencia de un apego emocional.
De interés
El apego emocional tiene diferentes tipos o clasificaciones. Ansioso ambivalente y se refiere a la expresión de emociones diferentes a los que se sienten, esto por lo general suele llevar a episodios de ansiedad.
Cuando ocurre, la persona siente miedo e inseguridad constante de que la persona a la que le tiene apego se vaya.
En este tipo de apego el principal factor es la angustia ante la separación y es algo común que se suele ver en niños sobreprotegidos con un vínculo afectivo con los padres y que en cuanto lo dejan, comienza a sentir miedo.
También se puede ver en adultos, sobre todo con las parejas, en donde alguno de los dos puede sentir el temor a que la otra persona no lo ame y esto genera inseguridad y ansiedad; e incluso puede terminar en dependencia emocional.
También existe el apego seguro y ocurre cuando el niño siente la seguridad plena que la persona o cuidador con quien tiene el apego no le fallará, pues se siente pleno y querido.
Suele darse con madres cariñosas que mantienen una relación de amabilidad y buenos cuidados con sus hijos. Sin embargo, esto puede ocasionar apegos que afectan de cierta forma al niño tanto en esta etapa como en la adultez.
A pesar de esto pueden desarrollar vínculos afectivos fuertes sin temor a ser abandonados.
Otro tipo de apego es evitativo, y es contrario al seguro. En este caso los niños sienten que no pueden contar con ninguna persona para ganarse su confianza, y le genera sufrimiento y angustia.
Finalmente, se encuentra el apego desorganizado, y suele tener un poco de apego ansioso y evitativo. La persona tiene sentimientos contradictorios y situaciones de desapego total hacia otros.
Puede verse en niños con padres negligentes que no muestran afectos y termina generando inseguridades y problemas psicológicos; o un tipo de apego emocional hacia las personas que ofrecen empatía hacia ellos.
Influencia
En conclusión, el conjunto de experiencias y relaciones a lo largo de la vida generan algún tipo de apego, y esto terminará revelando la personalidad de los individuos y cómo estos se relacionan con los demás.
Dependiendo de cómo funcione el apego en cada persona puede interferir en el éxito o fracaso de cualquier tipo de relación interpersonal.
Es decir, las personas con estilo de apego seguro presentan baja ansiedad y baja evitación.
Además, se sienten cómodos con la cercanía y la interdependencia, y manifiestan un nivel elevado de afecto positivo, y buenas habilidades para expresar sus emociones.
Ocurre lo contrario con el apego inseguro o ansioso que se caracteriza por una fuerte necesidad de cercanía y el miedo al fracaso, y a la separación. También existe una baja tolerancia al sufrimiento.
Por tanto, expertos señalan que un niño con apego seguro durante la infancia mostrará una actitud de confianza hacia las personas con quienes establezca relaciones futuras.
Contrariamente, si las experiencias con las figuras de apego han sido negativas, la persona en el futuro no esperará intercambios positivos en las relaciones en las que participe.
Con información de Diario 2001