La palabra es una unidad de significado que se espera de las demás mediante potenciales en el habla y blancos en la escritura.
Es una unidad de la lengua que resulta muy fácil de identificar, tanto en el habla, en las señas, y en la escritura.
Estas tienen poder y se utilizan para entender la realidad; de allí la importancia de cuidar lo que se dice y cómo se dice.
Cuidar tu manera de hablar puede representar un reto para muchas personas, pero es necesario aprender a hacerlo. Es fundamental estar más consciente de lo que se dice y lo que se deje de decir.
El poder de la palabra
Con seguridad en más de una ocasión has dicho o escuchado decir, “la palabra tiene poder”.
Y es que las palabras nos ayudan a conectar con las personas, a designar y dar forma a lo que nos rodea.
Además, es importante no olvidarse del papel del diálogo interno y de cuidar incluso de esas palabras que nos decimos a nosotros mismos.
Las palabras definen la realidad y a su vez, dan forma a la acción, a la convivencia y también a lo que se concibe diariamente como humanidad.
Es por ello que es fundamental pensar antes de hablar, pues es a través de la comunicación como construimos nuestras relaciones de respeto o agresividad con nuestro entorno.
Una palabra puede originar cercanía o distancia, y es por ello que es clave cuidar la forma de hablar, porque ello puede generar bienestar o sufrimiento.
Razones para cuidar el habla
Como hemos señalado, las palabras tienen el poder de crear y el poder de destruir.
Cualquier palabra fuera de lugar o que pueda generar algún tipo de malentendido, quizás provoque la ruptura de un vínculo de amistad, por ejemplo. Incluso, la ausencia de las palabras puede generar algún tipo de problema.
De igual manera, esto se puede aplicar a nosotros mismos, pues no escucharnos, dedicarnos afirmaciones negativas y reprimir lo que queremos decir, son alguna de las maneras en la que podemos hacernos daño.
Es decir, cuando esto ocurre nos sentimos frustrados y hasta aumentamos una baja autoestima.
Importante
Especialistas aconsejan que por nuestro bienestar es clave reeducar el vocabulario.
En este sentido, se debe aprender a hablar, si digo no puedo, es cierto ¡no puedo!, pero paso todo lo contrario, si digo ¡sí puedo!
Esto va asociado a la famosa ley de atracción, lo que digo, lo que pienso y deseo, no se esfuma, queda enganchado en nuestra mente y en nuestro corazón, y así dirigen nuestra vida.
En conclusión, la palabra construye realidades externas e internas, y es por ello que es tan importante aprender a darle valor y utilizarla de la manera correcta, siempre en positivo.
Con información de Diario 2001
