Nadie desea tener grasa en su rostro. Bien dice el dicho que nuestro semblante es nuestra carta de presentación ante el mundo, es por ello que debemos cuidarlo para que luzca siempre radiante y lozano. Pero lamentablemente no siempre es así. Existen tres tipos de cutis: seco, graso y mixto, siendo el graso el más tedioso y complejo de cuidar. Aquí te contamos cómo hacerlo sin salir de casa.
¿Por qué hay grasa en el rostro?
Existen variedad de factores para presentar una piel grasa o mixta, siendo el factor hereditario la primera causa posible. La mala alimentación y el sobrepeso son otros detonantes para tener este tipo de piel. El consumir con frecuencia carne de cerdo, embutidos, cordero u otras carnes grasas, tiende a que nuestras glándulas generen más sebo, creando los desagradables orificios pilosos dilatados. Aliméntate sano comiendo hortalizas y vegetales, que te hidratarán la piel y disminuirán la generación de sebillo.
Enfermedades hormonales, la resistencia a la insulina, diabetes, ovarios poliquísticos y problemas de tiroides, son las principales causas patológicas de la piel grasa. Para estos casos recomendamos visitar a tu médico para que te indique cuál es el mejor tratamiento a seguir.
Detonantes
El estrés puede alterar el ciclo natural de tu cuerpo, generando grandes niveles de estrés. Para evitarlo, te recomendamos que realices ejercicios o cualquier otro tipo de actividad física que te mantenga activo.
Dormir mal o poco hace que nuestro organismo no produzca colágeno y por ende no regenere la piel, lo que acumulará la grasa natural de tu rostro. Esto tapará los poros generando puntos negros. Te recomendamos mantener tu hora de dormir, de manera que ir a la cama tarde no altere tu ciclo de sueño y descanso.
Bebe mucha agua. Eso ayudará a que tu piel se mantenga hidratada y a su vez limpie todo tu organismo de las dañinas toxinas, evitando una piel brillante y con granos.
Otro factor por el que puedes tener un rostro graso es por no tener una buena rutina de higiene. Lava bien tu rostro dos veces al día para eliminar todas las impurezas, y para completar tu rutina, exfóliate una vez por semana para eliminar todas las células muertas.
Cuídalo en casa
Leche de magnesia
Limpia bien tu rostro y vierte en un algodón unas gotas de leche de magnesia. Pásalo por las zonas que tienen más grasa como la nariz, el mentón y la frente; al secarse retira con agua fría o tibia.
Vapor
Es una técnica muy eficaz para limpiar la suciedad y grasa en tu cara. Solo debes hervir agua y colocarla en un bowl, cubres tu cabeza con una toalla permitiendo que el vapor llegue a tu rostro. Con esto lograrás que se abran los poros y facilitarás la limpieza, dejándote una piel limpia y suave.
Agua de arroz
Con esta lograrás limpiar la piel en profundidad, desobstruir los poros y eliminar todas las impurezas. De igual forma, tonifica la piel y evita que se formen brillos antiestéticos. Para hacerte este tratamiento, tienes que reservar el agua que obtienes al lavar el arroz que cocinarás y colocarla en el refrigerador para que esté fría. Luego, puedes usarla como tónico facial antes de irte a dormir y dejar que actúe toda la noche.
Agua de rosas
Esta agua mantendrá controlada la aparición de brillo en la cara. Solo debes aplicar unas gotas de este líquido sobre la piel del rostro y esperar que esta lo absorba.
Ejercicios
Por último, el hacer deporte no solo te mantendrá sano, sino que a su vez, por medio del sudor, liberarás las toxinas que se acumulan en tu piel. Debes tener una rutina de al menos dos o tres veces por semana y estarás listo a tener una tez radiante.
Con información de Diario 2001.